En el desarrollo de los niños y niñas inciden varios agentes que, a través de acciones educativas formales e informales, contribuyen a la formación de la personalidad, así como a la capacitación académica y profesional.
Bajo esta premisa, nos preguntamos: ¿Quién educa: la familia, la escuela o ambas? El reparto de responsabilidades acerca del desarrollo de las competencias básicas necesarias para desenvolverse en la sociedad actual ha desencadenado en un conflicto entre los conceptos de"educar" y "enseñar" que enfrenta a familias y escuela. El tipo de aprendizajes que se asocian tradicionalmente a cada una de las esferas ha servido como base para la legitimación de la idea de que las competencias de carácter más personal han de llevarse a cabo en el ámbito familiar y las de carácter más académico y profesional en el ámbito escolar. Sin embargo, los límites entre los diferentes tipos de aprendizaje y los diferentes contextos son cada vez más difusas, haciendo necesaria una coordinación sólida entre los agentes.
Dentro de este marco general, este trabajo trata de clarificar qué opinan acerca del binomio familia y escuela los futuros profesionales de la educación (estudiantes del Grado de Primaria, Grado de Infantil y Máster de Profesorado de Secundaria) y conocer, también, qué percepción tienen sobre la responsabilidad que familia y escuela tienen en la adquisición de algunas áreas fundamentales en el desarrollo de la personalidad de los niños.
Se ha llevado a cabo una metodología mixta. Por un lado, se realiza una revisión bibliográfica acerca del concepto de familia, a través de su construcción histórica y abordándose, asimismo, las funciones que ejerce en el desarrollo de los más jóvenes. Por otro lado, se plantea una revisión normativa, que tiene como objetivo contextualizar las responsabilidades que se le atribuyen a la escuela como agente educativo, así como de la regulación de la participación de la familia en este contexto.
Por otra parte, se ha diseñado un instrumento ad hoc para el estudio, que ha sido validado a través del juicio de expertos y la confirmación de su fiabilidad. El cuestionario está constituido por dos bloques: el primero de ellos recoge información de naturaleza sociodemográfica de los participantes (edad, sexo, estado civil, número de hijos, titulación cursada y experiencia docente previa); mientras, el segundo bloque está constituido por 60 ítems divididos en 10 dimensiones representativas de las esferas de desarrollo básicas identificadas en el marco del estudio.
El análisis de datos realizado es de corte descriptivo (para conocer la atribución de responsabilidades a la familia y la escuela por parte de los docentes en formación en base al instrumento planteado) y de corte correlacional (tratando de establecer diferencias en base a diferentes variables).
Los resultados muestran que los docentes en formación refrendan el tradicional reparto de responsabilidades a los dos contextos, otorgando mayores responsabilidades a la escuela en el desarrollo de aspectos más académicos y a la familia en cuestiones de índole personal y social.
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