Los Centros Residenciales de Educación Intensiva (CREI) son una tipología de recurso residencial especializado existente en Catalunya para jóvenes con problemas graves de comportamiento, sobre los que no se ha realizado ninguna investigación específica hasta el momento. Es por ello que la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA), organismo dependiente del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya encargó la realización del presente estudio con la finalidad de adentrarse en los CREI y así entender cómo funcionan, qué perfil de jóvenes acogen y cuál es la evolución que dichos jóvenes protagonizan durante su estancia. Además, se profundizó en las trayectorias de aquellos jóvenes que evolucionaron positivamente analizando los factores que podrían haber tenido una incidencia significativa. Las características personales de los jóvenes, la intervención de los centros, las redes sociales de apoyo y otros elementos fueron estudiados.
Los CREI son centros residenciales que acogen a jóvenes de entre 12 y 18 años tutelados por la Generalitat de Catalunya que presentan alteraciones de conducta que requieren de unos sistemas de educación intensiva. Estos centros tienen como objetivo dar respuesta educativa a las necesidades específicas de estos jóvenes en un período temporal limitado trabajando para reconducir su problemática y devolverlos a un entorno más normalizado.
En este estudio exploratorio hemos utilizado un diseño transeccional mixto, que combina la metodología cualitativa y cuantitativa, que busca describir unas variables y analizar su incidencia e interrelación en un intervalo de tiempo concreto. La investigación se desarrolló en tres fases: 1. Descripción de los CREI: Características, funcionamiento e intervención que se realiza.
2. Análisis del perfil de población que los CREI acogieron y que se desinternaron durante los 3 años previos a la realización del estudio.
3. Análisis de la evolución de los jóvenes que residieron durante un año o más en los CREI y los factores que tuvieron influencia.
La recogida de datos se hizo a través de los equipos directivos y profesionales de los centros mediante de los siguientes instrumentos: • Entrevista semiestructurada. Para recoger información sobre el funcionamiento de los centros.
• Cuestionario. Para recoger información sobre los jóvenes que se desinternaron en los 3 años previos a la realización del estudio. Se obtuvieron datos de 169 casos.
• Entrevista semiestructurada. Donde se pedía información detallada sobre aquellos jóvenes que habían residido durante un año o más en el centro. Se recogieron datos de 86 casos.
Los datos obtenidos se organizaron en tres bloques. En el primero de ellos se identificaron similitudes y diferencias referentes a la organización y el funcionamiento de los centros.
En el segundo bloque, se identificó que, durante los tres años previos a la realización del estudio, la mediana de edad de ingreso era de 15.4 años (SD=1.4) y solían proceder de CRAE, centro de acogida o domicilio familiar. El tiempo medio de estancia era de 14.4 meses (SD=10.10) y más de la mitad de los jóvenes se fugó en alguna ocasión durante su internamiento, consumía algún tóxico y se conocía que había cometido algún delito. Ya en el centro un 47.8% realizaron una mejora progresiva –entendiéndola como mejora substancial en los problemas que presentaba el joven a su llegada, así como una buena adaptación a la dinámica y normativa del centro, aunque pudieran haber tenido alguna falta durante su proceso-; un 44.9% no presentó mejora significativa; y un 7.3% inició su proceso con una mejora, pero acabó truncado su proceso, posiblemente por una fuga. La mediana de edad de salida fue de 16.6 años (SD=1.10) y de los que se conocía el destino de salida, solían retornar al domicilio familiar o a CRAE, u otros recursos residenciales de transición a la autonomía, o acababan internados en un Centro educativo del Departament de Justícia. Los principales motivos por los que estos jóvenes fueron desinternados fueron la pérdida de plaza por fuga de larga duración, la finalización de proceso, la mayoría de edad y el traslado a otro centro que se adaptara mejor a sus características.
En el tercer bloque se profundizó en aquellos casos que residieron en los CREI durante un año o más, por considerarse el tiempo necesario para que la intervención recibida fuera significativa. Los análisis mostraron que los jóvenes que habían evolucionado positivamente eran aquellos que mayoritariamente se habían adaptado al funcionamiento del centro de forma muy temprana, crearon un vínculo positivo con los profesionales, tenían buena relación con personas de fuera del centro y tenían amigos dentro del CREI, asistían a recursos externos, residieron más tiempo en los centros, desinternándose por haber finalizado su proceso y el destino más frecuente fue el retorno a domicilio o a CRAE. En pocos casos consumían estupefacientes, se les conocían delitos o se fugaron del centro.
Por otro lado, los jóvenes que no mejoraron significativamente eran aquellos que mayoritariamente consumían drogas, habían cometido algún delito, se fugaban, no tenían ninguna persona disponible fuera del centro y si la tenían la relación con ellas era desorganizada/negligente, y al salir del centro muchos de ellos ingresaban en un centro educativo del Departament de Justícia o volvían al domicilio familiar.
Conocer los centros, los jóvenes y los factores que influyen en la evolución que realizan durante su intervención en los CREI puede aportar información relevante que facilite a los profesionales vinculados a estos centros reflexionar sobre su práctica y evolucionar hacia el diseño y la implementación de intervenciones y estrategias que incrementen su impacto positivo.
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