La presente investigación aborda desde una perspectiva antropológica el proceso de inclusión en el sistema educativo colombiano. Las personas que participaron en ella fueron veinticuatro estudiantes de dieciocho pueblos indígenas, quienes estudian en universidades públicas y privadas de la ciudad de Bogotá. El análisis se ha centrado en las evocaciones de corto y largo plazo que muestran las diferentes percepciones, creencias y representaciones de sus experiencias educativas y que permanecen en su memoria.
Se han evidenciado las interpretaciones acerca de sus vivencias en la educación occidental y las representaciones de sus visiones del mundo. Los testimonios de los estudiantes indígenas son recogidos a través de entrevistas en profundidad, en sesiones individuales llevadas a cabo en un contexto urbano. Inicialmente, mi investigación se centra en la memoria de los aprendizajes tempranos de los niños en sus lugares de origen (la selva, la montaña andina, y el desierto).
Las formas de conocimiento en la infancia de los estudiantes indígenas se contrastan con sus percepciones posteriores en la educación superior. Los estudiantes entrevistados narraron el proceso de migración de los niños en edad escolar y de sus familias nucleares, algunos de ellos fueron enviados a instituciones educativas lejos de su contexto originario y de su familia. Esta situación generó un cambio radical de sus vidas, hábitos, costumbres y la ruptura de los lazos emocionales. Las emociones producidas en esta etapa son de gran importancia para este estudio por su efecto sobre la percepción, la cognición y las relaciones intersubjetivas. Por tanto, en el desarrollo de esta investigación se ha interrogado sobre el significado profundo de la educación occidental y su efecto en las etapas posteriores: "bachillerato" y Universidad.
Los participantes expresaron sus dificultades y barreras de todo tipo (económico, pedagógico e identitario) en sus procesos educativos. Por esta razón, el acceso y permanencia en el sistema educativo para estos jóvenes fue/es muy problemático. En su opinión, el sistema educativo colombiano está diseñado a partir de la cultura hegemónica que ignora los conocimientos y habilidades de sus tradiciones específicas, mostrando una denegación de la gestión y reconocimiento de la multiculturalidad nacional.
Estas fallas son consideradas por ellos como una forma contrapuesta de asumir la clásica "teoría del déficit". En esta investigación se puede ver que, contrariamente a la teoría del ¿déficit cultural¿, en este caso, contrariamente, es el Estado el que no les proporciona los recursos suficientes para llevar a cabo un proceso adecuado.
Otra dificultad, mencionada reiteradamente por los estudiantes, es el tratamiento inadecuado hacia ellos por parte de los profesores y las personas no indígenas en general, especialmente las expresiones evidentes y frecuentes de discriminación y exclusión. El marco de ¿las discontinuidades entre la familia y la escuela¿ muestra la importancia de los procesos de comunicación que participan en las prácticas educativas y de socialización durante las primeras etapas de la vida académica. Estas estrategias de enseñanza dan sentido y ayudan a suavizar las contradicciones que puedan surgir. A través de los discursos recordaron y reconocieron los casos particulares en los que los profesores fueron amables y cercanos y cómo esto ayudó en el proceso de ajuste a los nuevos contextos.
En la universidad la remoción del mundo conocido además del duelo migratorio y la confusión por los cambios rápidos son barreras que aprenden a resolver por medio del surgimiento de estrategias adaptativas, de identidades móviles, acordes a las nuevas circunstancias.
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