La humanidad a lo largo de su historia ha atravesado una serie de cambios que se reflejan en la dinámica e interacción social. Un ejemplo de ello es la definición de los roles en los entornos familiares, la salud, la tecnología, la religión y las finanzas, entre otros. Muchos son percibidos como problemas, otros como una oportunidad para la adquisición, ampliación y perfeccionamiento del conocimiento. Este último tiene diferentes fuentes. No solo se adquiere a través de la lectura de libros ni de la escucha presencial a un docente en el aula de clase, sino también por medio de una interacción en la comunidad o en el entorno a través de un proceso investigativo.
La investigación es una forma mediante la cual los seres humanos dan respuesta a sus inquietudes. Analizan el acontecimiento, lo comparan, lo comprenden y, por último, aprenden algo nuevo: esto es un hallazgo fundamental para la sociedad. Se puede decir que la investigación es una parte inherente a la sociedad porque se constituye en una fuente de aprendizaje constante y de adquisición del conocimiento de forma continua. Al tiempo, ella emerge como un estímulo para la creación de una actividad intelectual porque permite desarrollar la capacidad de encontrar solución a diferentes situaciones.
Capítulo 1: Terapia racional emotiva conductual: Una revisión teórica del enfoque de Albert Ellis
págs. 17-36
págs. 37-55
Capítulo 3: Caracterización sociodemográfica en mujeres víctimas de violencia por su pareja
Marcela Rosero Pérez, María del Carmen Martínez Cardona, Marcela Rosero Pérez, Natalia Barberena Borja
págs. 57-70
págs. 71-88
Capítulo 5: La identidad social en la ciudad global
Marco Alexis Salcedo Serna, Lucely Obando Cabezas, Edward Javier Ordóñez
págs. 89-108
págs. 109-125
págs. 127-140
págs. 141-164
Capítulo 9: Percepción de la discapacidad en la sociedad
Angie Julieth Molina, María del Carmen Martínez Cardona, Natalia Barberena Borja
págs. 165-185
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