Madrid, España
La resiliencia es un concepto fundamental en el ámbito de la atención temprana, ya que se refiere a la capacidad de los niños para enfrentar, adaptarse y superar situaciones adversas o estresantes de manera saludable. En este contexto, la promoción de la resiliencia desde una edad temprana es crucial para el desarrollo emocional y cognitivo de los niños, especialmente aquellos que enfrentan condiciones de vulnerabilidad. La intervención temprana juega un papel esencial en fortalecer los recursos internos de los niños y prepararlos para enfrentar desafíos a lo largo de sus vidas. En el ámbito de la infancia, la resiliencia se asocia con factores protectores, tanto individuales como contextuales, que ayudan a los niños a desarrollar habilidades para superar las dificultades. Estos factores incluyen el apoyo emocional de los cuidadores, un entorno educativo favorable, y el fomento de la autoestima y la autonomía.La protección infantil está respaldada por un sólido marco legal a nivel internacional y nacional. La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, es uno de los instrumentos clave que reconoce el derecho de los niños a un desarrollo seguro y saludable, a recibir protección frente a la violencia, el abuso y la negligencia. A nivel nacional, las leyes de protección infantil varían, pero todas tienen en común la garantía de que los niños reciban la atención y protección necesarias, especialmente en situaciones de vulnerabilidad. Estas normativas establecen la responsabilidad de las instituciones educativas, los servicios sociales y los sistemas de salud para actuar de manera proactiva y coordinada en la protección de los de los niños.
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