La enfermedad cardiovascular constituye una de las primeras causas de muerte de los países desarrollados, siendo las mujeres después de la menopausia muy vulnerables a dicha enfermedad. Esta Tesis Doctoral constituye un estudio en mujeres postmenopaúsicas sobre la importancia de la dieta modulando la concentración de lipoproteínas y vitaminas y la peroxidación lipídica. A su vez profundiza en los aspectos beneficiosos potenciales del consumo de ácido oleico y de componentes minoritarios sobre estos factores de riesgo cardiovascular. Dado que otros factores ambientales pueden influir sobre dichos parámetros, el estudio se llevó a cabo y completó en una población de 14 mujeres de hábito de vida bien establecidos, sedentarias, no fumadoras, con una edad media de 62,9+-11,2 años, sin sintomatología cardiovascular previa, y que no recibían fármacos que pudieran afectar a la concentración y peroxidación de las lipoproteinas. La dieta regular de este colectivo respondía a un elevado consumo de verduras y frutas, leche y huevos, y moderado de cereales y pescado. La grasa culinaria utilizada era una mezcla a partes iguales de aceite de oliva y girasol. Durante los periodos experimentales dicha población utilizó en periodos de 4 semanas aceite de oliva virgen extra y posteriormente aceite de girasol con alto contenido en ácido oleico. El diseño del estudio permitió analizar en una población añosa la confluencia de una ingesta relativamente elevada de colesterol(400mg/día) y de grasa (46% de la energía total) pero con un perfil de ácidos grasos y de componentes minoritarios diferente. La sustitución de la dieta basal por la rica en aceite de oliva virgen extra aporta datos de innegable valor, ya que conduce a una menor concentración de colesterol, LDL-colesterol, y Apo B sin modificar la perxidación lipoproteica, señalando el beneficio de la sustitución parcial de un 8% de las Kcal totales en forma de ácido linoleico por oleico. Los beneficios de esta sustitución fueron mas marcados en la población con niveles normales de colesterol. Aunque las mujeres hipercolesterolémicas tienen niveles plasmáticos mas elevada que en las normocolesterolémicas. La sustitución de aceite de oliva virgen extra por aceite de girasol alto oleico no cambió el aporte de ácico oleíco, pero sí el de linoleico y el de multitud de componentes minoritarios. Dicho cambio dietético no modificó significativamente el contenido de colesterol en las lipoproteínas, aunque incrementó el de Apo A-1 y el cociente Apo A-1/Apo B y el contenido de peróxidos y de algunas sustancias antioxidantes en plasma(p.e. Alfa-tocoferol, licopenos). En líneas generales puede afirmarse que el cambio dietético
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