La fragilidad asociada a la salud es un elemento común entre los mayores usuarios de servicios sociales pues, con frecuencia, las consecuencias derivadas de un mal estado de salud se manifiestan en forma de un elevado nivel de dependencia. El objetivo de este trabajo es analizar las salud subjetiva y objetiva de usuarios de servicios sociales y examinar su influencia en el uso diferencial de servicios sociales. Participaron 632 usuarios de plazas públicas y concertadas de servicios sociales para mayores de la comunidad autónoma de Galicia. Para la recogida de información se realizó un muestreo aleatorio representativo de los usuarios del SAD y Residencias, y se trabajó sobre la población total de usuarios de los restantes servicios. Se valoró la salud percibida, los principales problemas de salud diagnosticados, la capacidad sensorial y de deambulación, el consumo de fármacos y la necesidad de hospitalización en el último año. De acuerdo con los resultados obtenidos, los usuarios que valoran su salud de forma más positiva son los de Apartamentos y Viviendas, y los del SAD quienes la valoran peor. Las enfermedades diagnosticadas coinciden con la de mayor prevalencia en edad avanzada. En las Residencias hay una mayor cantidad de problemas sensoriales y de deambulación. Los problemas neurológicos se asocian también con este servicio y con los Centros de Día. El consumo de fármacos es elevado, especialmente entre los usuarios de Residencias, quienes también presentan una mayor comorbilidad. Como conclusión destacar que los mayores usuarios de servicios sociales conforman una población frágil cuyas necesidades de salud deben ser atendidas por equipos profesionales técnicamente cualificados. La prevención, en edades tempranas, resulta por tanto un elemento clave que deberá ser considerado por los responsables de las políticas sociales.
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