Para las universidades chilenas la baja participación de mujeres en carreras deingeniería es un problema del cual se han hecho cargo a través de distintasestrategias de difusión y acceso. Sin embargo, una vez superada la barrera delingreso, las estudiantes se encuentran con un ambiente altamente masculinizado que afecta su rendimiento y autoeficacia, lo que induce una tasa de deserción más alta que la de los hombres. A través de un estudio cualitativorealizado en cuatro universidades de Chile, buscamos identificar prácticas deretención académica, que, desde una perspectiva de género, permitan asegurarla formación y el egreso de mujeres en carreras de ingeniería. Mediante laaplicación de entrevistas y grupos de discusión a estudiantes, docentes y directivos, se recogió evidencia acerca de prácticas formativas existentes en lascarreras de ingeniería. Para caracterizar su nivel de desarrollo utilizamos cincocriterios: eficaz, transformadora, sostenible, legítima y transferible. Los resultados obtenidos evidencian que si bien existen prácticas formativas que atienden a la equidad de género, estas aún son incipientes y deben avanzar en serlegitimadas por la comunidad educativa.
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