Los cambios demográficos y sociales en la Unión Europea, y en nuestro país, han ejercido un efecto muy marcado sobre el consumo de alimentos de la población. Junto con el aumento del interés del consumidor sobre los efectos de una buena nutrición y de un medioambiente sano, también existe una preocupación creciente sobre cómo los alimentos, y por tanto, la dieta, pueden influir de manera directa en su bienestar. Los consumidores piden alimentos sanos, naturales, frescos, enteros o procesados mínimamente, fáciles de preparar y listos para el consumo, y elaborados mediante procesos amigables con el medioambiente. Con respecto a los alimentos vegetales, frutos y hortalizas, la elaboración de productos cortados frescos y refrigerados ha aumentado en los últimos años de forma notable. El consumo de frutos y hortalizas tiene un efecto positivo en la salud humana, no solo porque aportan nutrientes esenciales para la vida, sino porque presentan un efecto protector frente a la aparición de procesos ...
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