La incorporación de niños y niñas procedentes de familias homoparentales a la dinámica escolar demanda la formación específica de las futuras promociones de maestros y maestras. No sólo por la necesidad de dar un buen trato a estos niños y niñas sino porque la familia homoparental, por su singularidad, ofrece una oportunidad para promover la democratización de los contextos escolares y familiares. Esta singularidad es un contraejemplo del reparto desigual, fundado en las atribuciones de género, en las tareas del hogar y en el cuidado y educación de los hijos e hijas.
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