Las directrices de la Agenda de Seúl (2010), establecida por la UNESCO en la II Conferencia Mundial sobre Educación Artística, señalan la importancia de la educación artística en tres aspectos: el pensamiento creativo, la salvaguarda del patrimonio cultural y el desarrollo de la responsabilidad social y medioambiental.
Así emerge un nuevo concepto para la educación artística en el que su significado se adquiere y conforma de acuerdo a su relevancia para la creatividad, el patrimonio y la sociedad. Este concepto migratorio adquiere un significado propio y se materializa en la escuela, requiriendo así un replanteamiento de la formación inicial y continua de maestros, profesores de arte y artistas.
El artículo ahonda en este significado a partir de las orientaciones de la UNESCO en sus Conferencias sobre Educación Artística y en su repercusión en la formación de maestros y en la definición de competencias específicas.
Mediante la puesta en marcha de un Proyecto de Innovación Docente para alumnos de Magisterio y Pedagogía se pretende actualizar estas consideraciones. El proyecto se dirige a desarrollar las competencias de los futuros docentes y a destacar el papel de la educación artística para la creatividad, el patrimonio y la sociedad.
La educación artística deviene así un patrimonio migratorio de toda sociedad, ampliando un enfoque centrado únicamente en la artisticidad de los alumnos.
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