El clima de incertidumbre, protesta y desazón que invade el país tendrá, tarde o temprano, consecuencias en la relación del consumidor con las marcas. Saber reaccionar a tiempo se hace crucial para que la situación no afecte más todavía al sector. Pero ¿Cómo deben las marcas dirigirse a un ciudadano cada vez más contrariado, desconfiado y empobrecido o, en el mejor de los casos, menos dispuesto a gastar dinero? ¿Cuál debe ser el discurso y tono más apropiados a emplear? Varios planificadores estratégicos ofrecen, a petición de Anuncios, su opinión al respecto.
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