Existen modelos y programas de desarrollo cognitivo que siguen siendo referentes para que los educadores puedan encontrar respuestas al cambio pedagógico que demanda la sociedad del conocimiento. El paradigma cognitivo de raigambre vygotskiana y piagetiana tiene una interesante expresión en los dos programas que confrontamos de Reuven Feuerstein y Mathew Lipman. Las nuevas funciones de la escuela y de los educadores focalizan su atención en cómo construir la mente de los alumnos. Todos los programas para enseñar a pensar o para desarrollar habilidades cognitivas se complementan, tanto en sus contenidos formativos como en su método, y nos dibujan un perfil del docente que los desarrolla en el aula.
El presente análisis quiere descubrir los elementos diferenciadores, aunque complementarios que pueden ayudar a asimilar una metodología constructivista y práctica. El docente precisa poder madurar los diferentes procesos que tanto el Programa de Enriquecimiento Instrumental como Filosofía para Niños desarrollan, para poder transferir esa metodología a la enseñanza de la disciplina de su competencia.
Este es el desafío de estos modelos, servir de lanzadera de procesos, de inspiración metodológica y de relación educativa adecuada, para, a partir de los contenidos disciplinares, lograr la construcción de la mente de los alumnos, enseñándoles a aprender a aprender en el aula y a lo largo de su vida con autonomía y eficacia. En el contraste de métodos, en la diversidad de modelos y estrategias está la fuente inspiradora del cambio pedagógico y del estilo educativo, que el mismo Robert Sternberg viene recomendando.
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