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Los manuales de química en España (1788-1845): Protagonistas, terminología, clasificaciones y orden pedagógico

  • Autores: Rosa Muñoz Bello
  • Directores de la Tesis: José Ramón Bertomeu Sánchez (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universitat de València ( España ) en 2015
  • Idioma: español
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: RODERIC
  • Dialnet Métricas: 3 Citas
  • Resumen
    • La presente tesis doctoral es una investigación sobre los manuales de química utilizados en España de 1788 a 1845. Este trabajo proporciona una perspectiva general de un tema relevante en las últimas décadas en Historia de la Ciencia, el estudio de los libros de texto. De acuerdo con las últimas investigaciones realizadas en este terreno, el acto pedagógico es considerado como un proceso creativo, como espacio de encuentro de actores e intereses muy diversos, matizando las ideas defendidas por Thomas S. Kuhn. Recordemos que según Kuhn, los libros de texto ofrecen una visión consensuada y normalizada del estado de la ciencia de su época, por lo que sus autores eliminan deliberadamente toda controversia y presentan así una imagen distorsionada de la actividad científica. En cambio, se ha mostrado, por ejemplo, que en la enseñanza participan no solamente profesores y alumnos sino también otros muchos actores y todos ellos no únicamente con intereses puramente pedagógicos sino también con diversos intereses políticos y económicos que pueden conocerse a través del estudio de los manuales. En esta tesis se pretende analizar los manuales de química en España desde 1788 hasta 1845. Para poder llevar a cabo la investigación ha sido necesario precisar el objeto de estudio (libro de texto de química) durante el período estudiado (1788-1845) ya que no es adecuado adoptar la imagen actual de una disciplina que sufrió sustanciales cambios durante la época estudiada. Esta investigación se centra en un momento especialmente importante para la química y que algunos historiadores han llegado a considerar “revolucionario”. Durante estos años se produjo un cambio importante en las teorías químicas sobre la combustión y el concepto de elemento, así como una reforma terminológica que originaron la aparición de importantes controversias. Además, debido a la relación de la química con otras disciplinas como la historia natural o la física ha sido necesario restringir el objeto de estudio para poder llegar a conclusiones válidas. Por ello, se ha adoptado como núcleo de este trabajo la definición de libro de texto basada en su destino y no en su función, es decir, los libros que de forma explícita expresan su finalidad didáctica, tanto en el titulo o como en las declaraciones del autor reflejadas en el prólogo de la obra, en los que además aparezca la palabra química en su título. El estudio comienza en 1788 con la publicación de algunos de los primeros manuales de química modernos, y acaba con la reforma educativa de 1845, que tuvo importantes consecuencias en el mercado de libros de texto en España. Esta reforma separaba la enseñanza media de la propiamente universitaria y, de este modo, fue impulsora de la creación de institutos provinciales de segunda enseñanza, algunos de los cuales habían comenzado su andadura en los años anteriores. Las regulaciones introducidas suponían una fuerte limitación para los profesores en la elección de los manuales de enseñanza que debían ser aprobados cada tres años por el Consejo de Instrucción Pública. Además supuso una reglamentación clara de los estudios de filosofía y su división en los estudios elementales y superiores. La investigación se ha distribuido a lo largo de seis capítulos: Introducción, los protagonista, el vocabulario de la química, poniendo orden: las clasificaciones químicas, conclusiones y apéndice. En primer lugar, se ha elaborado un repertorio bibliográfico, incluido en el apéndice, constituido por 76 obras de química publicadas en España desde 1788 hasta 1845 que permite realizar un análisis estadístico de su producción. Posteriormente, se intenta conocer los principales protagonistas en la creación del libro: editores, impresores, autores, traductores y lectores. Tradicionalmente los historiadores de la ciencia han dado más importancia a los laboratorios y a los personajes de la investigación científica, frente a las aulas y a los protagonistas de la enseñanza. La situación ha cambiado en las últimas décadas pues los trabajos más recientes han mostrado la labor creativa que se desarrolla en las aulas de ciencias, su importante influencia en la configuración de las sucesivas generaciones de científicos y, por ello, la necesidad de prestar atención a los profesores y estudiantes de ciencias, a los autores, impresores y editores de los libros de texto y otros personajes poco conocidos. Siguiendo estas tendencias, se revisa los principales protagonistas de la edición de los libros de texto: (1) Los editores, impresores y libreros (incluyendo también la regulación del mercado editorial), (2) Los autores y los traductores de las obras, (3) Los públicos destinatarios. Se ofrece una descripción general de las principales tendencias y retratos colectivos que se combinan con detalles de algunos de los protagonistas y situaciones particulares que pueden ser reveladoras de cuestiones importantes que no pueden ser abordadas mediante gráficas o estadísticas. La figura del editor es fundamental en la configuración del libro de texto ya que decidirá que obras son publicadas. A finales del siglo XVIII este personaje no presenta las características del editor actual. Resultaba habitual que la labor de edición se realizara por un librero importante que a su vez era propietario de la imprenta. El impresor podía realizar las ventas de las obras que producía. Por ello, previamente se realiza un estudio sobre los impresores en cuyos talleres se confeccionaron las obras que son objeto de este estudio. Pero un libro no puede ser escrito sin un autor. El autor decide los contenidos sobre los que escribirá y el orden de presentación de los principales conceptos. Decide cuales son los más relevantes y cuáles pueden ser omitidos. Su figura es fundamental en la configuración del libro. Para conocer el perfil de los autores de las obras estudiadas, se realiza el estudio prosopográfico de los principales autores y traductores de estas obras. De esta manera, es posible obtener un retrato colectivo de los autores y los traductores de las obras que son objeto de estudio. El conocimiento de estas biografías es crucial para comprender sus obras y el desarrollo de la enseñanza de la química en el período estudiado. Posteriormente, se revisa el trabajo realizado por los traductores en el proceso de adaptación de estas obras a los diferentes contextos locales y a los constantes avances de los conocimientos científicos. En el apartado dedicado a la traducción, se presenta brevemente la situación de la traducción en España a finales del siglo XVIII y a continuación las dificultades con las que se encontraron los traductores de los manuales de química. Por tanto, se describe el contexto histórico en el cual se tradujo y publicó, la reflexión de los traductores sobre su traducción, es decir, los conceptos metatraductológicos que comentan en sus prólogos y en algunas notas, y las opciones de traducción elegidas. Finalmente, los medios con los que contaron para realizar su trabajo y la necesidad, en ocasiones de recurrir al asesoramiento de los especialistas. También se intentan analizar los condicionantes externos, la censura a la que se vieron sometidas las obras estudiadas. Al final del capítulo dedicado a los protagonistas se comenta el papel jugado por los otros protagonistas en la elaboración de los libros de texto: los principales públicos destinatarios. Se ha comprobado la gran diversidad de los públicos interesados en la química, al igual, que la existencia de múltiples espacios en los que se produjo el acercamiento de este público a las obras estudiadas. Inicialmente, el colectivo más importante estaba formado por boticarios, médicos y cirujanos. La aparición de la segunda enseñanza produjo una disminución de la importancia del colectivo anterior en el conjunto de públicos destinatarios. Además, se produce una diversificación de los libros publicados mediante la aparición de obras específicas dirigidas a los nuevos públicos. Se ha visto también que, junto con la enseñanza reglada, impartida en instituciones educativas más o menos consolidadas, existió un gran número de cursos que se impartieron en otros espacios que podríamos denominar de enseñanza no formal. La química se impartió en salones aristocráticos, en las cortes reales y en los teatros urbanos. En estos contextos las líneas de separación entre instrucción y diversión es muy difusa, de este modo, durante la primera mitad del siglo XIX surgieron publicaciones que se sitúan en la frontera entre los manuales de química y las obras de divulgación. En este apartado, se ha podido comprobar que el amplio espectro de públicos destinatarios debieron condicionar los contenidos de los manuales de química. Una vez conocidos los protagonistas, se procede al análisis de los contenidos de los manuales escolares catalogados. Se han investigado principalmente dos grupos de cuestiones: la terminología adoptada por los diferentes autores y traductores (capítulo III) y las opciones adoptadas en la secuenciación de contenidos (capítulo IV). El primer tema permite conocer los procesos de aclimatación de la nueva terminología química en España. Las páginas de los manuales analizados demuestran que el proceso de adaptación de la nomenclatura fue un proceso complejo, lleno de dificultades y polémicas. Las controversias surgidas alrededor de ese tema son expuestas en los manuales que se convirtieron en un importante instrumento de discusión y debate. Se ha intentado conocer los mecanismos de negociación, apropiación y resistencia de las comunidades locales, de modo que se ofrecen claves para repensar las relaciones entre centro y periferias científicas, en el marco de los estudios sobre la circulación del conocimiento. En cuanto al segundo tema, los contenidos, se ha intentado conocer a través de los manuales como se modifica un contenido de saber para adaptarlo a su enseñanza, es decir, como el saber sabio es transformado en saber enseñado, en el contexto español de la primera mitad del siglo XIX. Los autores españoles se apropiaron de las clasificaciones químicas propuestas por los autores franceses en medio de una controversia surgida entre el seguimiento de clasificaciones “artificiales” o “naturales”. El análisis de esta controversia permite reflexionar sobre: el significado de “revolución científica”, del papel jugado por los viajes de aprendizaje y la formación de los autores, la función de "modelo" de los libros de texto, las controversias científicas, y la supuesta limitada creatividad de los escritores y traductores de libros de texto en la “periferia” de creación En el capítulo V, conclusiones, se ha tratado de sintetizar ordenadamente y de forma esquemática las ideas más importantes de los diferentes capítulos. Por último, el capítulo final formado por varios apéndices en el que se encuentra el repertorio bibliográfico de las obras analizadas y el repertorio biográfico en el que se incluyen las biografías de los autores y traductores de estas obras. Cierra la tesis una relación bibliográfica pormenorizada de las fuentes consultadas tanto de fuentes primarias como secundarias que pueden ayudar a continuar futuras investigaciones sobre los mecanismos de circulación de las ideas. En resumen, en esta tesis se muestra que el análisis de los libros de texto es una tarea complicada y llena de dificultades que exige tener en cuenta a múltiples protagonistas: autores, traductores, lectores, impresores, editores y responsables de las instituciones educativas. En su elaboración confluyen múltiples factores entrelazados: económicos, políticos, pedagógicos, sociales, etc... Todos estos factores juegan un papel activo en la delimitación de los contenidos y condicionan las formas de su secuenciación y ordenación. En contraste con las ideas popularizadas por Thomas S. Kuhn, los manuales analizados no limitan sus contenidos a los temas consensuados por la comunidad científica. El análisis realizado muestra la importancia de los factores sociales en la construcción de la disciplina. Las disciplinas académicas son un producto social e histórico en el cual los “aspectos sociales” no son “factores” marginales sino factores constitutivos de la naturaleza misma de la ciencia. En definitiva, esta tesis permite conocer mejor el papel de los manuales en el desarrollo de la actividad científica, y avanzar en el análisis de los procesos de circulación de la ciencia y el papel jugado por los “personajes menores” o “ilustres desconocidos” en espacios y territorios considerados “periféricos” a la actividad científica.


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