Cuádruple tipología docente-estudiante: un modelo de entendimiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje universitarios

• Autores: Manuel Iglesias Soilán
• Directores de la Tesis: Juan Fernández Sánchez (dir. tes.), Daniel Todd Gilbert (dir. tes.), Javier Aróztegui Vélez (dir. tes.)
• Lectura: En la Universidad Complutense de Madrid ( España ) en 2024
• Idioma: español
• Títulos paralelos:
  • Fourfold teacher-student typology: a model of understanding university teaching and learning processes
• Tribunal Calificador de la Tesis: María José Díaz-Aguado Jalón (presid.), Carmen López Escribano (secret.), Miguel Ángel Carbonero Martín (voc.), Sylvia Sastre i Riba (voc.)
• Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid
• Materias:
  • Pedagogía
    • Teoría y métodos educativos
• Enlaces
  • Tesis en acceso abierto en: Docta Complutense
• Resumen

  • El modelo educativo universitario hasta finales del siglo XX se basaba en la instru0cción magistral unidireccional, con el profesor como centro. Sin embargo, surgieron críticas a favor de un enfoque centrado en el estudiante, promoviendo una participación activa del estudiante y un papel de facilitador del docente. Estas perspectivas descuidaron la interacción entre ambos agentes, lo que ha posibilitado el surgimiento de un modelo más integrador que supere estas limitaciones. El modelo de la cuádruple tipología docente-estudiante destaca la relevancia y responsabilidad tanto del docente como del estudiante en la educación. Se establecen seis hipótesis: dos definen al buen docente y al buen estudiante, y las otras cuatro abordan sus interacciones (buen = ideal). La hipótesis central postula la existencia de un cuadrante idóneo, el círculo virtuoso, con buenos docentes y estudiantes. Los otros tres cuadrantes representan interacciones que pueden motivar o causar quemado: buen docente y mal estudiante, mal docente y buen estudiante, y mal docente y mal estudiante (círculo vicioso).

    Una vez establecida la fundamentación teórica, se diseñó un modelo de evaluación que incluye la valoración mutua entre docentes y estudiantes, así como de sus grupos respectivos. Se llevaron a cabo un estudio piloto y un estudio principal, precedidos por una evaluación de la evaluabilidad y seguidos de una metaevaluación formativa.

    El estudio piloto, con la participación de 70 docentes y 127 estudiantes, respaldó preliminarmente las hipótesis planteadas, justificando así la realización del estudio principal. Este último involucró a 1.287 docentes y 1.427 estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, quienes completaron un instrumento diseñado para abordar la descripción del buen docente, del buen estudiante y sus interacciones. Se utilizaron técnicas habituales como análisis descriptivos y de diferencias, además de técnicas derivadas de la ciencia de datos como regresión múltiple con validación cruzada y escalamiento multidimensional clásimo métrico.

    Los resultados del estudio principal respaldaron las seis hipótesis planteadas. En cuanto al perfil del buen docente, se identificaron cinco núcleos fundamentales: competencia en la materia, estrategias de enseñanza, características personales y compromiso tanto con la enseñanza como con el aprendizaje. Al definir las cualidades del buen estudiante, se evidenciaron cinco núcleos principales: enfoque competencial de aprendizaje, estrategias de aprendizaje autorregulado, características personales específicas y compromiso con la enseñanza y el aprendizaje. Estos resultados van más allá de una simple enumeración de características, profundizando en la identificación de elementos que mejor predicen cada núcleo, con implicaciones educativas prácticas.

    Se ha encontrado un sólido respaldo empírico para el cuadrante principal, el círculo virtuoso (buenos docentes y estudiantes). Además, se ha constatado un apoyo empírico para los otros tres cuadrantes, aunque con consideraciones o matices que deben ser tenidos en cuenta.

    Este proyecto concluye que los modelos predominantes son susceptibles de críticas fundamentadas, resaltando la necesidad de desarrollar alternativas que reconozcan la importancia y responsabilidad de ambos agentes educativos. Se ha definido un perfil ideal tanto para el docente como para el estudiante, así como sus interacciones, destacando que los predictores más efectivos varían según el cuadrante en el que se ubiquen. Esto tiene implicaciones teóricas significativas al delinear estos perfiles y sus interacciones. Además, tiene implicaciones prácticas al proporcionar objetivos concretos para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje. La identificación de predictores principales permitirá desarrollar instrumentos de evaluación breves para docentes y estudiantes, facilitando desarrollar intervenciones precisas que maximicen la efectividad y la eficiencia del proceso educativo.