La presente tesis doctoral se desarrolla a lo largo de siete capítulos en los que se persiguen fundamentalmente tres objetivos: 1) analizar todas las tentativas y proyectos que se concibieron a lo largo del siglo XVIII para fomentar el uso del griego vernáculo como lengua vehicular de la cultura y la educación greco-ortodoxa; 2) esclarecer las razones por las que estos proyectos vernacularistas de renovación de la conservadora paideía greco-ortodoxa del siglo XVIII se vieron inexorablemente abocados al fracaso, dando lugar a la querella lingüística neogriega y la diglosia que torturó la sociedad y la cultura neogriegas desde la fundación del Reino de Grecia en 1830 hasta la abolición de la cazarévusa en 1982; 3) tercero, estudiar la lengua de los ensayos, las disertaciones y los manuales de Dimitrios Catardsís sobre la educación, la cultura y la gramática del romaico, que constituyen el retrato más fidedigno de la lengua griega vernácula hablada en la segunda mitad del siglo XVIII.
Precisado el marco terminológico, teórico, conceptual e ideológico de la investigación doctoral, así como las pautas metodológicas de transcripción y grafía de palabras, nombres y textos neogriegos, en el primer capítulo se esboza el marco espacio-temporal en el que se desarrolla la evolución histórica, geográfica y cultural de la lengua griega y sus hablantes desde la Antigüedad hasta los inicios del siglo XIX, y se discuten las implicaciones ideológicas que subyacen en la problemática de la periodización de la historia de la lengua griega. Sigue a continuación un repaso somero de las diferentes etapas históricas de la tradición escrita literaria del griego vernáculo desde el siglo VII hasta comienzos del siglo XIX. Se examinan las propuestas educativas, culturales y lingüísticas de Vikendios Damodós (1700-1754) y Iósipos Misiódax (1725-1800) para actualizar la paideía greco-ortodoxa del siglo XVIII, así como la reaccionaria respuesta del corfiota Evyenios Vúlgaris (1716-1806), condenando «el filosofar en lengua vulgar» (1766). Sin embargo, la mayor parte de la investigación doctoral se centra en Dimitrios Catardsís (ca. 1730-1807) y su innovador proyecto vernacularista y enciclopedista de modernización de la cultura greco-ortodoxa, así como analizar exhaustivamente en todos sus niveles (ortografía, fonética, fonología, morfología, sintaxis y léxico) la lengua griega vernácula que Dimitrios Catardsís describió en su Gramática de la lengua romaica (1788) y en la que escribió, precisamente, todos sus ensayos, disertaciones y manuales romaicos (1783-1791).
Tras una exhaustivo análisis y estudio de todos los materiales la presente investigación doctoral ha llegado a las siguientes conclusiones: la distinción entre la lengua neogriega y los dialectos neogriegos es una cuestión ideológica; el griego antiguo y el griego moderno constituyen dos lenguas diferentes; no sólo se ha helenizado la identidad de los grecohablantes romeos, sino también su propia lengua vernácula romaica; la diglosia de la lengua neogriega es una fenómeno exclusivamente moderno que surge desde la fundación del Estado griego (1830); la propuesta vernacularista de Vikendios Damodós constituye el inicio de la controversia lingüística neogriega; la propuesta lingüística de Iósipos Misiódax parte de una simplificación de la lengua griega aticista, pero acaba en una arcaización del griego vernáculo; Evyenios Vúlgaris sostiene una postura completamente elitista a favor del griego aticista; el romaico de Dimitrios Catardsís es el retrato más fidedigno de la lengua neogriega vernácula de finales del siglo XVIII y su estadio evolutivo evidencia la sistemática arcaización y depuración morfológica, fonética y léxica de la lengua neogriega durante los dos últimos siglos; por último, el fracaso del vernacularismo neogriego del siglo XVIII se debió fundamentalmente a la censura ideológica de la jerarquía ortodoxa constantinopolitana y de las élites fanariotas del Imperio otomano.
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