La educación familiar actual está atravesando por un proceso de adaptación a los diversos cambios que genera la sociedad del siglo XXI, cambios a nivel cultural, personal, familiar, profesional, religioso, económico, político, en valores, ético, etc. Dichos cambios afectan a la diversidad de estructuras familiares existentes y, por consiguiente, a los modelos familiares actuales que han ido variando a lo largo de la historia.
Por esta razón, la presente tesis doctoral tuvo como objetivo general, conocer los cambios en la sociedad actual y la influencia ejercida en las familias, teniendo en cuenta las estructuras familiares y estilos de crianza llevados a cabo actualmente por los progenitores en relación con la competencia social y afectiva de los hijos de la etapa de Educación Infantil, etapa crucial en el desarrollo emocional, afectivo, físico, motor y cerebral del niño. Diversas investigaciones muestran que el escaso tiempo de calidad dedicado por los progenitores a los hijos, la influencia del estrés parental, la pobre implicación en su educación, el desconocimiento sobre pautas adecuadas de crianza, el cuidado que ejercen los abuelos y otros miembros familiares o institucionales, acompañado de las características profesionales y personales de los propios padres, hacen que los hijos se desarrollen y crezcan en ambientes heterogéneos que pueden favorecer la aparición temprana de problemas de comportamiento en los menores.
La educación en el colegio, desde los primeros años de vida, busca un equilibrio con la educación familiar, de tal manera que se equiparen los déficits encontrados, surgiendo la necesidad de trabajar familia y ámbito escolar, siempre en la misma dirección.
La tesis doctoral se compone de dos bloques principales, uno teórico y otro empírico. En la parte teórica, se manifiestan algunos de los modelos en los que se fundamentan los constructos estudiados, realizando una aproximación conceptual, un abordaje a partir de diferentes teorías y modelos explicativos, evaluación y prevención sobre los conceptos que dan nombre a los diferentes capítulos ampliamente definidos, como son los problemas de conducta, la competencia social y las familias. A su vez, se argumentan explícitamente diversas variables que están afectando a la sociedad actual, algunas antes mencionados tales como, el nivel socioeconómico, la influencia laboral de los progenitores, el modelo familiar, el estrés parental, los estilos educativos y la calidad del tiempo dedicado a los hijos, entre otros. La fundamentación teórica finaliza con la exposición de los objetivos generales y específicos del trabajo doctoral.
En la parte empírica, se presenta la metodología que define esta investigación, donde se ponen de manifiesto las características de los participantes que han intervenido en el estudio, un total de 560 progenitores y tutores legales de niños de 3 a 6 años de Educación Infantil que contestaron, a través de una encuesta virtual, a diferentes aspectos relacionados con sus características personales, profesionales, del funcionamiento familiar y del comportamiento de sus hijos. A su vez, se presentan los instrumentos de evaluación manipulados para recoger la información y el procedimiento llevado a cabo para ponerse en contacto con los centros educativos, etc.
Posteriormente, en el apartado de los resultados se describe lo obtenido a partir de los estudios de datos realizados con el fin de responder a los objetivos de partida expuestos . En líneas generales, los resultados recogen que un adecuado clima familiar con elevada cohesión, expresividad y tiempos compartidos entre los miembros familiares, se asocia con niveles más bajos de problemas conductuales en la infância, relacionándose negativamente con ciertos tipos de disciplina parental. A su vez, el clima familiar tiene relación con los estilos educativos y el estrés de los progenitores, siendo base esencial el grado de implicación en la crianza y determinando una mejora del comportamento social. Por otro lado, la acumulación de eventos estresantes de los padres, puede llevar a la respuesta de conductas agresivas de los hijos y por ende, un menor desarrollo de las habilidades sociales. Además, se muestra que los estilos de crianza caracterizados por el diálogo, en el que los progenitores comparten tiempo con sus hijos en diversas actividades diarias, se relacionan con una mayor competencia social en los menores.
Como conclusión general, la familia adquiere un papel relevante como primer contexto de socialización, en la adaptación social y personal de sus miembros. Asímismo, el buen clima familiar propicia una adecuada competencia social en los menores, modificando los problemas conductuales y contribuyendo a la mejora de los estilos educativos y el estrés parental.
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