La participación de las mujeres en la historia social y laboral ha sido tradicionalmente obviada y silenciada. La mención específica a las mujeres en la literatura académica en materia de relaciones laborales ha sido vicaria, principalmente a través de sus esposos, padres o hermanos, en términos generales y salvo excepciones, como actores secundarios. Esta falta de agencia atribuida social e históricamente hacia las mujeres se mantiene aún hoy. En el movimiento del sindical en España son muy escasas las mujeres visibles en posiciones de poder. Este hecho genera consecuencias negativas para el bienestar de las mujeres y sus derechos laborales, al no estar suficientemente representadas en los espacios de negociación colectiva. Así, es previsible que la situación de precariedad de las mujeres en el mercado laboral no mejore si no se dan unas condiciones más igualitarias en cuanto a la presencia y la toma de decisiones a nivel sindical.
El objetivo principal de esta tesis es la visibilización, puesta en valor y el análisis de la participación de las mujeres en el mundo sindical, así como la recuperación y reivindicación del papel desarrollado por las mujeres en el movimiento obrero desde el tardofranquismo hasta la actualidad. El ámbito territorial en el que se desarrolla la investigación es el Marco de Jerez. Su representatividad, desde el punto de vista histórico y geográfico, de las dinámicas sociales, económicas y políticas ocurridas en el contexto nacional, hacen que el análisis del sindicalismo en el Marco de Jerez haya sido objeto de estudio previo en cuanto al movimiento sindical, por su industria bodeguera y producción industrial, así como su densa red de estructuras sindicales autónomas desde el periodo de clandestinidad en los años sesenta (Foweraker, 1991).
Las referencias teóricas que sustentan el análisis de esta investigación doctoral se basan fundamentalmente en cuatro enfoques conceptuales que, tomados en conjunto, contribuyen a explicar la desigualdad de las mujeres en la sociedad y las organizaciones en general, y en el sindicalismo en particular. Se toma como autora preeminente a Joan Acker y el concepto de regímenes de desigualdad (Acker 2006b; Healy, Tatli, Ipek et al., 2018). Otros conceptos también perfilan el análisis teórico: la intereseccionalidad como teoría e instrumento mismo de análisis iniciado por Creenshaw (Davis, 2008; Nash 2008; Hebson y Holgate, 2009), el concepto masculinidad hegemónica de Raewyn Connell (1995), y la perspectiva Gramsciana y las identidades subalternas como sujetos de cambio político (Green, 2002; Danielli, 2006).
Se examinan en esta tesis, en especial, las formas de participación, los repertorios de protesta, así como las diferencias fundamentales percibidas en cuanto al activismo de hombres y mujeres, los obstáculos a los que se han enfrentado y siguen enfrentando las mujeres para la integración plena en las organizaciones sindicales. Este análisis se ha llevado a cabo a través de una metodología cualitativa, haciendo uso del método biográfico, de las narrativas de mujeres sindicalistas de diverso espectro ideológico y pertenecientes a diferentes organizaciones sindicales en distintos momentos históricos: el Tardofranquismo, la Transición y la época actual, tanto en sectores profesionales feminizados como masculinizados.
Durante el periodo estudiado, las mujeres han tenido protagonismo y un papel activo, tanto desde la perspectiva de las esposas de sindicalistas amas de casa implicadas en la militancia de sus maridos durante el tardofranquismo y la transición, como de sindicalistas trabajadoras en el mercado laboral visible y remunerado actual. A pesar de tener la misma motivación para la acción social y la militancia sindical que los hombres, los impedimentos básicos a la participación de las mujeres en el sindicalismo, siguen estando relacionados con el modelo masculino hegemónico como patrón universal de acceso al poder y toma de decisiones, tanto en el ámbito laboral como el sindical, espejo multiplicador de las desigualdades del mercado de trabajo.
Las organizaciones sindicales, a pesar de los avances en materia de género y los cambios políticos, jurídicos y sociales, siguen respondiendo a la división sexual del trabajo, donde los fenómenos de infravaloración, infrarrepresentación, y de segregación horizontal y vertical, siguen siendo la dinámica general. Estas dinámicas están asociadas a necesidad imperiosa de conciliación por parte de las mujeres (que no de los hombres) de la vida laboral, sindical y familiar, donde los modelos de masculinidad imperantes desincentivan en términos generales, la participación de las mujeres.
ABSTRACT Women participation in social and labor history has traditionally been neglected and silenced. Specific mentions in labor relations academic literature has usually been vicar, mainly present through their husbands, fathers or bothers. In general terms and except for some rare occasions, as secondary actors. This social and historical attribution of lack of agency in women has been maintained until today. There are very few visible women in power positions in Trade Unions in Spain today. This fact produces negative consequences for women welfare and their labor rights, due to the insufficient representation in collective bargaining ambits. Thus, it is predictable that precarious labor market situation for women will not improve, unless equality conditions related to the presence and decision making in Trade Unions ameliorate The primary objective of this thesis is to make visible, emphasize and analyze the participation of women in Trade Unions, as well as to recover and vindicate the role played by women in workers’ movement. The time frame of this research is from the late Francoism until now, and the geographical frame corresponds to the Sherry Area, in the South of Spain, in the province of Cádiz. The representativeness of this territory in labor movement has already been studied, as it responds to the national dynamics in terms of social, economic and political processes. At the same time, there are wide nets of autonomous unionism structures in the wine industry and the different productive and services sectors, since the decade of the sixties (Foweraker, 1991).
The foundations of the theoretical frame that sustain this doctoral research are four conceptual approaches which contribute to explain, from diverse and complementary perspectives, the inequality of women in society and organizations in general, and particularly in Trade Unions. Joan Acker is taken as preeminent author and her conception of inequality regimes (Acker 2006b; Healy, Tatli, Ipek et al., 2018). Other approaches also shape the theoretical analysis: intersectionality as a theory and instrument itself, initiated by Creenshaw (Davis, 2008; Nash 2008; Hebson and Holgate, 2009); Raewyn Connell’s concept of hegemonic masculinity, and finally the Gramscian approach and subaltern identities as subjects of political change. (Green, 2002; Danielli, 2006).
This thesis specially examines the forms of participation, the protest repertories and the fundamental perceived differences regarding women and men activism. It also pays attention to the obstacles women had and have to face to fully integrate in labor organizations. This analysis has been developed with a qualitative methodology, using the ethnographic method and the narratives of women belonging to diverse ideological spectrum in different historic periods: the late Francoism, the Transition period and the present time, both in masculinized and feminized sectors.
During these periods, women have had an active role and were main actors in the struggles, considering two separate perspectives: as wives of men unionists, involved in the militancy during late Francoism, and as women unionist workers in the visible and wage labor market. In spite of their motivation for social action and union activism being equal to that of men, the essential obstacles for women participation are still linked with the hegemonic masculine model as universal pattern to access to power and decision-making spaces. The Trade Union ambit is a multiplying mirror of labor market inequalities.
Trade Unions still respond to a sexual division of work, where the phenomena of undervaluation, underrepresentation and horizontal and vertical segregation are general dynamics, in spite of social, political and legal changes in gender issues. These dynamics are associated to the imperative need for women (and not men) of balancing work, family and union life, where masculinity prevailing models discourage women participation.
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