En el capítulo 1 se tratan los procedentes historiográficos relativos al asociacionismo farmacéutico zaragozano mientras que en el capítulo 2 se hace referencia en concreto al antiguo Colegio de boticarios de Zaragoza (1391-1831) así como se expone el número de farmacias de propiedad privadad y de hospital existentes en Zaragoza y el número de farmacéuticos que jercían la profesión en esas modalidades en el contexto social del siglo XIX. En el capítulo 3 se refleja la función y actividad desarrollada por los Subdelegados de Farmacia en Zaragoza y en particular por Manuel Pardo Bartolini y Ángel Bazán Aured. El capítulo 4 está dedicado al Instituto Farmacéutico Aragonés (1851-1879) analizándose los aspectos relativos a su creación, disposiciones normativas para su funcionamiento, órganos de dirección, miembros, modo de financiación y otros como la elección de la revista "La Unión Médica de Aragón" como órgano oficial de la coporación. Asímismo se estudia la actividad cultural, profesional y científica de sus miembros y en relación, entre otras, con la Flora de Aragón de Francisco Loscos y José Pardo y el Congreso Farmacéutico Español de 1866.
En conclusión, se demuestra que en Zaragoza, y en la segunda mitad del siglo XIX, desde las Subdelegaciones de Farmacia y el Instituto Farmacéutico Aragonés se llevó a cabo una intensa lucah contra el intrusismo profesional, la venta de remedios secretos y se ejerció una actividad sobre la inspección de alimentos. Por tanto, los farmacéuticos zaragozanos tuvieron un importante papel en relación con la salud pública.
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