Arquitectura religiosa en la ciudad de Huesca durante el Siglo XVII
- Autores: María Celia Fontana Calvo
- Directores de la Tesis: Gonzalo Máximo Borrás Gualis (dir. tes.)
- Lectura: En la Universidad de Zaragoza ( España ) en 1997
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: Pedro Navascués Palacio (presid.), Ernesto Carlos Arce Oliva (secret.), María del Mar Lozano Bartolozzi (voc.), Guillermo Redondo Veintemillas (voc.), Juan Francisco Esteban Lorente (voc.)
- Materias:
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- Resumen
Durante el XVII Huesca se convirtió, como otras ciudades españolas, en una ciudad conventual. La Universidad Sertoriana fue causa de la instalación de algunos colegios de formación para religiosos, como el de cistercienses, agustinos recoletos y carmelitas descalzos. A estos centros se añadieron el colegio de jesuitas para estudiantes externos, y los de las comunidades femeninas de carmelitas calzadas, carmelitas descalzas y capuchinas. Además, desde la segunda mitad del siglo XVI las instalaciones de comunidades antiguas se fueron modernizando y se construyeron ya en el XVII obras de gran interés como la iglesia de San Lorenzo y diversas capillas en la catedral, y en otras iglesias parroquiales. Fue sin duda la renovación más importante en materia de arquitectura religiosa que ha tenido lugar en la ciudad, tal es así que condicionó su morfología durante toda la Edad Moderna. Hasta el momento se tenían noticias documentales sobre las obras emprendidas en las iglesias; pero el estudio de la arquitectura conventual estaba prácticamente inédito, seguramente por la dificultad que representaba la desaparición de numerosos edificios después de la Desamortización. Esta Tesis se ha ocupado de la reconstrucción aproximada de algunos conventos a partir sobre todo de datos documentales. El estudio del modo constructivo de las nuevas órdenes religiosas ha constatado sistemas de control más severos cuanto mayor era el sentido de austeridad y de pobreza que se deseaba transmitir. También se ha estudiado la evolución de las formas arquitectónicas en la ciudad desde el último gótico hasta el barroco, destacando las obras esenciales. Las bóvedas renacentistas con decoración de tradición serliana se realizaron en la primera década del siglo XVII como la de San Miguel del claustro de San Pedro el Viejo, de 1603, aunque las bóvedas de crucería se siguieron construyendo hasta muy avanzado el siglo. Los motivos mudéjares
