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La agresión en niños y niñas de 7-8 años. Efectos interactivos de los estilos parentales, la ecología familiar y el temperamento. Un estudio exploratorio

  • Autores: Rosa María Ruiz Ortiz
  • Directores de la Tesis: Paloma Braza Lloret (dir. tes.), María Rosario Carreras de Alba (codir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Cádiz ( España ) en 2018
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: José Ramón Sánchez Martín (presid.), José Manuel Muñoz Sánchez (secret.), Carla Zappulla (voc.)
  • Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Ciencias de la Salud por la Universidad de Cádiz
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • español

      Aunque la agresión ha sido considerada desde la perspectiva evolucionista como una conducta adaptativa, también es cierto que cuando esta conducta se lleva a cabo con frecuencia y se mantiene estable a lo largo del tiempo, se vincula con problemas de ajuste social e incluso de salud mental. Factores como la ecología familiar y los estilos educativos de los padres tienen un papel relevante en la explicación de esta trayectoria de riesgo social. Sin embargo, no todos los niños son igualmente sensibles a las influencias de estos factores familiares.

      El principal objetivo de este trabajo fue estudiar el efecto de los factores familiares (estilos parentales y ecología familiar) y el temperamento sobre la conducta agresiva en niños y niñas de 7 y 8 años. Asimismo nos interesó valorar si los individuos varían en su sensibilidad al efecto de los estilos parentales y a la ecología familiar dependiendo de su temperamento y sexo, y conocer cuál de los modelos teóricos propuestos en la literatura explican mejor estos efectos interactivos o moderadores (Diátesis-estrés, Susceptibilidad diferencial o Sensibilidad ventajosa). El modelo de Diátesis-estrés propone que los sujetos con una determinada característica de temperamento son más vulnerables a los efectos perjudiciales de los factores familiares adversos. El modelo de Susceptibilidad diferencial postula que los niños con una determinada característica de temperamento son más susceptibles “para lo bueno y para lo malo”, es decir, son más sensibles tanto a los efectos perjudiciales de los factores familiares adversos como a los efectos beneficiosos de los factores favorables. Finalmente, el modelo de Sensibilidad ventajosa señala que los sujetos con una determinada característica de temperamento son más sensibles pero solo a los efectos beneficiosos de los factores familiares favorables.

      La muestra de estudio estuvo formada por 203 sujetos, 96 niños (47.3%) y 107 niñas (52.7%), con un rango de edad de entre 87 y 100 meses (M= 92.42 meses; DT= 3.52), que cursaban 2º Educación Primaria en diferentes centros educativos de las localidades de Chiclana de la Frontera y Puerto Real (Cádiz, España).

      La ecología familiar que incluye estrés familiar, conflicto marital y estrés parental fue medida a través de la Escala de Estrés de Holmes y Rahe (SRRS), cumplimentada por los padres conjuntamente, y el Cuestionario de Conflicto de Pareja y la Escala de Estrés Parental (PSS), ambos cumplimentados por padre y madre separadamente. Para evaluar los estilos de crianza familiar, padres y madres informaron individualmente a través del Cuestionario de Estilos y Dimensiones Parentales (PSDQ) y la Escala de Sobreprotección (subescala de Anticipación a Resolución de Problemas, APS) que analiza el grado en que los padres y madres resuelven anticipadamente los problemas que sus hijos e hijas puedan encontrarse. El temperamento de los sujetos fue informado por los padres conjuntamente a través del Children Behavior Questionnaire (CBQ). La evaluación del comportamiento agresivo de los sujetos se llevó a cabo mediante un procedimiento de multi-informe (padres, profesores e iguales); para ello se emplearon el Peer Estimated Conflict Behavior (PECOBE) en el que los iguales informaron de la agresión de cada sujeto, y la subescala de agresión del Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y Adolescentes (BASC P-2/T-2) que fue informada por los padres y los profesores.

      Como estrategia analítica se llevaron a cabo análisis de regresión jerárquica múltiple siguiendo el procedimiento recomendado por Aiken y West (1991) y Lengua (2008). Para analizar a qué modelo teórico se ajustaban los efectos interactivos detectados se utilizaron las técnicas descritas por Roisman et al. (2012) y por Preacher, Curran, y Bauer, (2006) examinándose las regiones de significación (RoS) de la variable moderadora y de la variable predictora, así como el Índice de Proporción de la Interacción (PoI). Las figuras de los efectos interactivos detectados fueron realizadas mediante el programa web de acceso abierto desarrollado por Chris Fraley, disponible en http://www.yourpersonality.net/interaction/.

      Los resultados del presente estudio identificaron algunas características del temperamento, concretamente una baja afectividad negativa, un bajo control de esfuerzo y una alta surgencia/extraversión, que hacían a los sujetos más vulnerables (modelo de Diátesis-estrés) a los efectos de determinados estilos de crianza familiar sobre la agresión. Así, los sujetos con bajos niveles de afectividad negativa fueron más vulnerables que los demás a la influencia de la coerción e inconsistencia de la madre sobre la agresión que exhibían en el contexto escolar. Las niñas con bajo control de esfuerzo fueron, también, más vulnerables que el resto de los sujetos a la influencia de la coerción de la madre sobre su agresión en el contexto escolar. Por su parte, los sujetos con altos niveles de surgencia/extraversión fueron más vulnerables a los efectos de una escasa anticipación materna sobre la agresión informada por los iguales. Finalmente, los niños (pero no las niñas) con altos niveles de surgencia/extraversión fueron más vulnerables que los demás a los efectos de la coerción del padre sobre la agresión en el contexto familiar.

      En segundo lugar, otras características del temperamento del sujeto como la alta afectividad negativa o la baja surgencia/extraversión funcionaron como marcadores de Susceptibilidad diferencial en relación a los efectos de la indulgencia del padre sobre la agresión. Así, en relación a la agresión informada por el profesor, los sujetos con alta afectividad negativa se vieron más perjudicados que los demás cuando el padre se mostraba muy indulgente; pero también se vieron más beneficiados que los demás cuando el padre no utilizaba un estilo indulgente. Esto mismo ocurrió con los sujetos con bajos niveles de surgencia/extraversión para el caso de la agresión informada por la familia.

      Por último, solo la baja afectividad negativa se mostró como una característica ventajosa para las niñas (aunque no para los niños) en relación a los efectos favorables de un contexto familiar con bajos niveles de conflicto marital sobre la agresión informada por la familia.

      Estos resultados se han discutido a la luz de la literaura existente hasta el momento. En general, nuestros resultados sugieren que la mediana infancia, especialmente al principio, podría ser una etapa de transición donde los diferentes rasgos de temperamento van cambiando a un ritmo diferente, pasando, progresivamente, de ser un marcador de Susceptibilidad diferencial (más común en las etapas inferiores) a ser un marcador de Diátesis-estrés (más propio de etapas posteriores). Además, en esta etapa de transición, el temperamento podría aún mantener su rol como moderador de las influencias familiares sobre el desarrollo de la agresión, pero solo cuando estas influencias alcanzan altos niveles de intensidad. De esta forma, es posible que, en la mediana infancia, el temperamento vaya evolucionando desde una función moderadora hacia un papel mediador en la relación entre el entorno familiar y la agresión.

    • English

      Aggression has been considered from an evolutionary perspective as an adaptive behaviour. Nevertheless, when this behaviour occurs frequently and remains stable over time, it is linked to problems of social adjustment and even mental health. Factors such as family ecology and parenting styles have a relevant role in the explanation of this trajectory of social risk. However, not all children are equally sensitive to the influences of these family factors. The main purpose of the present research was to study the interactive effects of family factors (parenting styles and ecology) and child temperament on aggressive behaviour of boys and girls aged 7-8 years. We tested whether children vary in sensitivity to parenting styles and family ecology depending on their temperament and sex, and if so, which model best describes this sensitivity pattern (Diathesis-stress, Differential susceptibility, or Vantage sensitivity). Diathesis-stress model proposes that some individuals with certain characteristics are more vulnerable to the harmful effects of an adverse environment. Differential susceptibility model postulates that some individuals with certain characteristics are more susceptible for ‘better’ and for ‘worse’, that is, for both harmful effects of stressful contexts and beneficial effects of supportive environments. Lastly, Vantage sensitivity model posits that certain individuals are more sensitive to the beneficial effects of supportive environments only. The study sample consisted of 203 Spanish Caucasian children, 96 boys (47.3%) and 107 girls (52.7%), aged 7–8 years (mean = 92.42 months, SD = 3.52). Participants were recruited from different state schools of Chiclana de la Frontera and Puerto Real (Cadiz, Andalusia, Southern Spain). Family ecology included family stress, marital conflict and parental stress measured respectively by the Social Readjustment Rating Scale (SRRS, Holmes & Rahe, 1976; Spanish adaptation, González de Rivera & Morera, 1983), the Couple Conflict Questionnaire (Arranz, Oliva, Olabarrieta, & Antolín, 2010) and the Parental Stress Scale (PSS, Berry & Jones, 1995; Spanish adaptation, Oronoz, Alonso-Arbiol, & Balluerka, 2007). The first one was completed by parents jointly, and the last two were completed by father and mother separately. In order to assess the parenting styles used by each parent, they filled in the Parenting Styles and Dimensions Questionnaire (PSDQ, Robinson, Mandleco, Olsen, & Hart, 2001), and the Anticipatory Problem Solving subscale (APS) of Overparenting Scale that reports the degree to which fathers and mothers solve problems on behalf of their children (Segrin et al., 2012). Children’s temperament was informed by parents jointly through the Children’s Behavior Questionnaire (CBQ, Rothbart et al., 2001; Spanish translation by Hertfelder, 2013). Children’s aggressive behaviour was measured through a multi-report procedure (parents, teachers and peers). Participants (boys and girls) informed about peer aggression (physical, verbal and indirect) through the Peer Estimated Conflict Behavior (PECOBE, Björkqvist & Österman, 1995), and parents and teachers completed the Aggression subscale of the Behavior Assessment System for Children (BASC P-2/T-2, Reynolds & Kamphaus, 2004; Spanish adaptation, González, Fernández, Pérez, & Santamaría, 2004). As analytical strategy to study the moderating effects of child sex and temperament on the relationships between family factors (parenting styles and ecology) and aggressive behaviour, multiple hierarchical regression analyses were conducted. We followed the procedure recommended by Aiken and West (1991) and Lengua (2008). In order to analyse which theoretical model explains the interactive effects detected, the techniques described by Roisman et al. (2012) and by Preacher, Curran, and Bauer, (2006) were used, examining the regions of significance (RoS) of the moderator variable and the predictor variable, as well as the Interaction Proportion Index (PoI). The figures of the interactive effects detected were conducted using the open access web program developed by Chris Fraley available at http://www.yourpersonality.net/interaction/. The results of the present study identified some traits of child temperament, specifically a low level of negative affect, a low level of effortful control and a high level of surgency/extraversion, which made the individuals more vulnerable to the effects of certain parenting styles upon child aggression (Diathesis-stress model). Thus, children with low levels of negative affect were more vulnerable than others to the effect of maternal coercion and maternal inconsistency on their aggression at the school. Girls who had low levels of effortful control were also more vulnerable than others to the influence of the maternal coercion on their school aggression. In addition, individuals who had high levels of surgency/extraversion were more vulnerable than others to the effect of low levels of maternal overprotection on aggression reported by peers. Finally, only boys with high levels of surgency/extraversion were more vulnerable to the effect of paternal coercion on their aggression in the family context. On the other hand, other traits of child temperament such as a high level of negative affect or a low level of surgency/extraversion were markers of differential susceptibility in relation to the effects of paternal indulgence on child aggression. In this sense, children who display high levels of negative affect were more harmed than others by the effect of paternal indulgence on aggression reported by teachers; but they also benefited more than others from the effect of a low level of paternal indulgence on aggression reported by teachers. That same effect happened with individuals who had low levels of surgency/extraversion, although just in the case of aggression reported by the families. Lastly, only low levels of negative affect was shown as an advantageous characteristic in girls (but not in boys) in relation to the effects of low levels of marital conflict on girl aggression reported by the families. All the results described above have been discussed in the light of the existing literature. In general, our findings suggest that middle childhood, especially at the beginning, could be a transition stage where the different traits of temperament change progressively and at a different pace from being a Differential susceptibility marker (more common in the previous stages) towards a Diathesis-stress marker (more usual of later stages). Furthermore, in this stage of transition, the temperament could still maintain its role as a moderator of family influences on the development of aggression, but only when these influences get high levels of intensity. In this way, it is possible that, in middle childhood, temperament evolves from acting as a moderator to acting as a mediator in the relationship between family environment and aggression. Keywords: Middle childhood- temperament- aggression-parenting styles- interactive effects


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