El mockumentary es un híbrido cinematográfico que combina varios códigos como son el género documental, el humor y la deconstrucción de la realidad (Roscoe y Hight, 2001, Hight, 2010). Sin embargo, los límites entre estos códigos no están claros y es difícil definirlos con precisión y que el público los reconozca claramente. Supone un reto para el espectador que tiende a creer en el formato y en el estilo del documental. Además, el falso documental busca un cómplice para la ironía latente a lo largo del largometraje (Hutcheon, 2000). Aunque hoy en día el público está acostumbrado a estas fusiones entre los géneros todavía provocan confusión. Esto se hace aún más evidente al adaptar estos productos a una segunda lengua y cultura.
Cuando esta realidad falsa se adapta a otro idioma produce un enorme desafío para los traductores que necesitan abordar el texto desde varias perspectivas: desde la apariencia del documental, desde la intencionalidad de la ironía, o como distorsión de la realidad. Asimismo el traductor debe tener en cuenta el conocimiento potencial de la cultura de destino y la posible recepción del producto audiovisual (Orero, 2009).
Aunque Roscoe y Hight (2001), Hight (2008, 2010, 2012) y Sánchez Navarro (2001) han sentado las bases de los aspectos de los falsos documentales y existen publicaciones centradas en el género como López Ligero (2015) y tesis doctorales como Bender (2016), Carneiro (2013), Baker (2011) y Fraj Herranz (2015), en ninguna de ellas se aborda la adaptación y recepción del público en otro idioma. Por otro lado, existen numerosos estudios sobre traducción audiovisual centrados en documentales (Orero, 2005, 2006; Franco, Matamala y Orero, 2010), en la traducción del humor (Zabalbeascoa, 1996, 2001 y Martínez Sierra, 2008) y en la traducción de referencias culturales (Molina, 2006, 2011; Werner, 2010 e Igareda, 2011), pero no existe un estudio que aúne todos los aspectos presentes en los mockumentaries.
En esta tesis abordaremos los aspectos principales del género: el estilo documental, el humor inherente y la deconstrucción de la historia narrada, sobre los que el traductor debe tener especial consideración al transferir a otro idioma, en este caso español. Para ello se ha seleccionado un corpus de falsos documentales como son CSA (Kevin Willmot, 2004), Forgotten Silver (Peter Jackson y Costa Botes, 1995) y Opération Lune (William Karel, 2002), que presentan características similares: todos ellos son mockumentaries de carácter conspirativo que se han emitido por televisión o se presentan con formato televisivo, ofrecen tramas similares (teorías conspirativas), se basan en hechos y eventos reales e incluyen un gran número de referencias culturales.
La metodología llevada a cabo en el análisis de esta investigación cataloga estas referencias en carácter histórico, social y cultural (Nedeergard-Larsen, 1995; Werner 2010: 26-33) y el humor implícito en ellas según la catalogación de chistes de Zabalbeascoa (1993): internacionales, inherentes a la cultura origen, sentimiento nacional, visuales y lingüísticos. Finalmente, consideraremos las estrategias traductológicas utilizadas en sus versiones al español (doblaje y voces solapadas).
Las referencias culturales analizadas en este corpus son mayoritariamente históricas lo que hace aún más problemática su percepción en la cultura y lengua meta. Sin embargo, hay referencias de carácter cultural que, a pesar de estar también ligadas a la cultura origen y al humor nacional, presentan menor dificultad en su percepción y permiten mayor movilidad al traductor. En algunos casos hay un uso excesivo de ciertas estrategias de traducción, como son la omisión y la adaptación. Existen elementos que contribuyen a desorientar a la audiencia y a crear otras realidades, el espectador decide cómo enfrentarse a estas películas y cómo armar las piezas y la traducción puede ayudar a compensar (o no) la inestabilidad de estas películas.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados