La energía ha estado presente en el seno de la Unión Europea (UE) desde sus orígenes - con la firma del Tratado CECA en 1951 se comunitarizó el carbón, entonces principal fuente de energía, y en 1957, con la creación de Euratom, entró en el escenario la energía nuclear. A lo largo del tiempo la energía se ha ido convirtiendo en una de las principales preocupaciones, pero también en uno de los principales ámbitos de actuación y en una de las prioridades comunitarias. Y es que la situación energética a la que hacemos frente actualmente, es preocupante - el consumo de energía está en niveles muy altos, la producción autóctona de fuentes de energía fósiles es mínima, las importaciones energéticas y la consiguiente dependencia energética exterior están en aumento, y el uso de los combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero. El camino recorrido fue largo y difícil, pero finalmente, con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009, se creó la Política Energética Europea (art. 194 TFUE), se definió la energía como una de las competencias compartidas (art. 4 TFUE), y se elaboró una legislación energética sólida. Todo esto con tres objetivos principales: competitividad (liberalización e integración del mercado energético), seguridad (suministro ininterrumpido y a precios razonables) y sostenibilidad (protección del medioambiente). Para conseguir dichos objetivos y para poder disfrutar del actual nivel de vida también en el futuro, se han fijado unas metas energéticas y medioambientales ambiciosas, relativas a la eficiencia energética, al uso de las energías renovables y a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. En 2015 se ha creado la Unión de la Energía y Clima - una estrategia marco cohesiva que une todas las iniciativas y que pone en marcha una auténtica transición energética europea.
La energía, entonces, cobra un especial protagonismo en nuestra sociedad - sin ella es difícil de imaginarnos la vida al día de hoy. Dado que se considera como un bien extremadamente necesario, se ha creado una regulación europea (y nacional) que establece las reglas para su explotación y uso, con el fin de asegurar a los consumidores un suministro seguro, sostenible y a precios más bajos posibles. Se considera que, para lograr dichos objetivos, es necesario instaurar un mercado interior energético al nivel de la UE e introducir una competencia efectiva en dicho mercado. La creación del mercado interior del carbón es un hecho que data de los años 50, pero la puesta en marcha del mercado interior de la electricidad y del gas natural resultó ser bastante más complicada. Para su instauración se han adoptado tres paquetes sucesivos de medidas liberalizadoras, que comprenden una serie de Directivas y Reglamentos. La aplicación de dichas normas, junto con la observancia de la normativa europea de competencia, debe garantizar el correcto funcionamiento del mercado interior energético en la UE. La finalidad última de estos esfuerzos, es la de asegurar a los consumidores europeos una energía asequible, segura y limpia - ahora y en el futuro.
The energy has been present in the European Union (EU) since its inception - with the signing of the ECSC Treaty in 1951, coal, which was the main source of energy, was communitarized, and in 1957, with the creation of Euratom, the nuclear power entered the scenario. Over time, energy has become one of the main concerns, but also one of the main areas of action and one of the Community priorities. The thing is that the energy situation we are currently facing is worrisome - the energy consumption is at very high levels, the autochthonous production of fossil energy sources is minimal, the energy imports and the consequent Energy Import Dependency are increasing and the use of fossil fuels generates emissions of greenhouse gases. The way was long and difficult, but finally, with the entry into force of the Lisbon Treaty in 2009, the European Energy Policy has been created (Article 194 TFEU), the energy has been defined as one of the shared competences (Article 4 TFEU), and sound energy legislation has been elaborated. All of this with three main objectives: competitiveness (liberalization and integration of the energy market), security (uninterrupted supply at reasonable prices) and sustainability (environmental protection). In order to achieve these objectives and to enjoy the current standards of living also in the future, ambitious energy and environmental targets have been set, relating to the energy efficiency, to the use of renewable energies and to the reduction of greenhouse gas emissions. In 2015 the Energy Union and Climate has been created - a cohesive framework strategy that unites all the initiatives and sets in motion a real European energy transition.
The energy, therefore, takes on a special importance in our society - without it is difficult to imagine the life nowadays. Given that it is considered to be an extremely necessary commodity, a European (and national) regulation that sets out the rules for its exploitation and use has been established, in order to ensure to the consumers a supply which is safe, sustainable and at lowest possible prices. To achieve these objectives, it is considered necessary to establish an internal energy market at EU level and to introduce an effective competition in this market. The creation of the internal market for coal is a fact dating back to the 1950s, but the start-up of the internal market for electricity and natural gas turned to be much more complicated. Three successive packages of liberalizing measures have been adopted to implement the electricity and natural gas internal market, including a number of Directives and Regulations. The application of these rules, together with the observance of European competition law, is to guarantee the proper functioning of the internal energy market in the EU. The ultimate aim of these efforts is to ensure that European consumers have affordable, safe and clean energy - now and in the future.
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