Las familias en riesgo psicosocial son aquellas que, por circunstancias de diversa índole, no consiguen garantizar el desarrollo saludable de los menores que crecen en ellas, pero la situación no alcanza un nivel de gravedad que justifique declarar el desamparo del menor. El foco de interés de la presente tesis son los determinantes del bienestar de las familias españolas y portuguesas en riesgo psicosocial, atendiendo a dimensiones tanto distales como proximales de sus contextos. Específicamente, exploramos la relación de las familias en riesgo psicosocial con los servicios de preservación familiar; el papel de las redes de apoyo social como protectoras de la salud mental ante el impacto de la crisis económica; y los predictores del bienestar de los menores que crecen en estas familias.
Con objeto de dar respuesta a los objetivos de esta tesis doctoral, llevamos a cabo cuatro estudios de investigación. En primer lugar, realizamos una revisión sistemática de la literatura que identificó y caracterizó todos los instrumentos de medida publicados sobre la relación de las familias con servicios de preservación familiar. En segundo lugar, elaboramos un instrumento que permitiera evaluar la relación de las familias en riesgo psicosocial con los servicios de preservación familiar y pudiese utilizarse en diversas instituciones y programas en el ámbito de la protección infantil. En tercer lugar, exploramos el posible papel protector de las redes de apoyo social en la salud mental de los progenitores ante las consecuencias de la crisis económica. Por último, con objeto de realizar un análisis integrador de las distintas dimensiones contextuales, familiares, relacionales e individuales predictoras del bienestar infantil en las familias en riesgo psicosocial, elaboramos un modelo explicativo del bienestar físico, académico y socioemocional.
A través del primer estudio concluimos que existe una escasez de instrumentos validados en este ámbito y que la mayor parte o bien no informaba suficientemente sobre sus propiedades psicométricas y base conceptual o bien los indicadores presentados eran insatisfactorios. El segundo estudio permitió desarrollar y validar un cuestionario – Family Feedback on Child Welfare Services – que superó algunas de las lagunas detectadas por la revisión sistemática. En el tercer estudio constatamos que el apoyo social percibido, aunque predecía el nivel de malestar psicológico, no moderaba el efecto dañino de la presión económica provocada por la crisis en el ajuste psicológico de los progenitores. Por último, los resultados obtenidos en el cuarto estudio revelaron que el país del menor y los factores relacionados con la desventaja económica y exclusión social eran aquellos que mejor predecían su bienestar físico, mientras que las variables familiares relacionales e individuales de la parentalidad tuvieron más peso en la predicción del bienestar académico y socioemocional.
El instrumento desarrollado en esta tesis puede ser de utilidad para dar voz a las familias, evaluar su percepción acerca de los servicios e identificar aquellos aspectos con los cuales están menos satisfechas. Esta última función puede contribuir a mejorar la atención e intervención de los servicios con las familias. El hallazgo de que el apoyo social es insuficiente por sí mismo para atenuar el impacto negativo de la presión económica sugiere que, durante las crisis económicas, es crucial que los gobiernos fortalezcan y blinden las políticas de protección social, especialmente aquellas dirigidas a grupos vulnerables y a familias con niños. Por último, aquellas variables que mejor predijeron el bienestar académico y socioemocional de los menores son en su mayoría modificables a través de intervenciones, lo que hace recomendable incidir sobre estos aspectos en programas psicoeducativos.
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