El sistema de servicios sociales, que en su momento se denominó “sexto sistema de protección social” ha devenido en una parte crecientemente significativa del Estado de Bienestar tanto por sus dimensiones como por la especial sensibilidad de sus programas: la protección de la infancia y la familia, la atención a la discapacidad o a las situaciones de dependencia para el desarrollo de las actividades de la vida diaria, los programas orientados a la inclusión de los sectores excluidos o la protección económica de carácter asistencial. Tienen una importancia creciente en la respuesta a nuevos retos como el apoyo a la conciliación, la acogida e integración de la población inmigrante o el apoyo a las personas víctimas de violencia de género.
Con estas funciones, los servicios sociales se enfrentan a toda una serie de retos de carácter estructural (envejecimiento de la población, transformaciones de los modelos familiares, intensificación de los procesos migratorios, cambios en el modelo productivo y las dinámicas de la exclusión social…) que someten a una fuerte tensión a este sistema de protección social, uno de los ámbitos más tensionados del Estado de Bienestar.
Frente a estos retos, los servicios sociales han experimentado un notable refuerzo de los recursos durante las últimas décadas. Pero una respuesta puramente incrementalista será insuficiente si los servicios sociales no afrontan un profundo proceso de reformas. En España, se están desarrollando diversas líneas de reforma, con ritmos, énfasis y orientaciones que presentan diferencias notables en un sistema fuertemente descentralizado. Las respuestas de las CCAA han sido diversas: unas más relacionadas con la regulación y la gobernanza, otras con los modelos organizativos, de atención y segmentación de la demanda, y en otros casos, buscando mecanismos de colaboración intersectorial o la cooperación del tercer sector. Valorar estas respuestas desde la perspectiva europea del paradigma de la inversión social, analizando su potencial transformador, debería ayudar a encontrar las fórmulas más innovadoras y eficientes para afrontar los enormes retos a los que nos enfrentamos, como parte de un proceso colectivo de reflexión y aprendizaje mutuo.
Andalucía: énfasis comunitario y dispersión institucional como respuesta a las fuertes necesidades sociales
págs. 51-82
Illes Balears: el progresivo avance hacia un sistema garantista condicionado por la insularidad
Fernanda Caro Blanco, Maria Antonia Carbonero Gamundí, Joana María Mestre Miquel
págs. 83-109
Castilla y León: un modelo centralizado, con diálogo social y la aportación innovadora del tercer sector
págs. 111-136
Cataluña: recuperación tras la austeridad e iniciativas de innovación
págs. 137-160
País Vasco: frente a la complejidad, atenciones integradas y desarrollo comunitario
págs. 161-180
Comunitat Valenciana: un sistema en reconstrucción, con un refuerzo de la atención primaria, un aumento de la regulación funcional y territorial y un fuerte desarrollo institucional
Víctor M. Giménez Bertomeu, María Raquel Agost Felip, Laura Martínez Martínez, Gloria María Caravantes López de Lerma, María Teresa Mira-Perceval Pastor, Nicolás De Alfonseti Hartmann, Encarna Canet Benavent, Yolanda Domenech López
págs. 181-223
Navarra: expansión intensa, integración de servicios y reformas estructurales con una nueva alianza con el tercer sector
Miguel Laparra Navarro, Nerea Zugasti Mutilva, Víctor Sánchez Salmerón, Sandra Siria Mendaza
págs. 225-256
Un análisis comparativo: diversidad de líneas de transformación de los servicios sociales en España
págs. 259-284
págs. 285-298
Más allá de una Ley estatal: necesidad, viabilidad y alternativas a la iniciativa del Gobierno
págs. 299-312
Un debate para una reforma estratégica de los servicios sociales: a modo de conclusión
págs. 315-333
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