Ha sido reseñado en:
Glossae: European Journal of Legal History, ISSN-e 2255-2707, ISSN 0214-669X, Nº 20, 2023, págs. 668-670
CIAN. Revista de historia de las universidades, ISSN-e 1988-8503, ISSN 1139-6628, Vol. 26, Nº. 1, 2023, págs. 255-260
Revista Historia de la Educación Latinoamericana, ISSN 0122-7238, Vol. 25, Nº. 40, 2023
Escribir libros, manuales o artículos nos parece hoy una labor propia de los profesores universitarios. No siempre fue así. El método escolástico, característico de las universidades de las épocas medieval y moderna, se apoyaba en la oralidad, no en la escritura. La enseñanza y los desarrollos científicos se hacían oralmente. En los archivos universitarios apenas quedan los títulos de las tesis que se defendían para obtener los diversos grados. La escritura fue entonces una irrupción en el método universitario. Los estudiantes, en el siglo XVI, comenzaron a escribir apuntes que eran dictados por los profesores. Después, los profesores comenzaron a preparar textos para la enseñanza, pero no siempre fueron bien recibidos por sus colegas. Fue en el siglo XVIII cuando la corona comenzó a reformar la enseñanza universitaria. Renovó los planes de estudio, introdujo manuales modernos y pidió a los profesores escribir esos manuales y evaluarlos por sus colegas. Apareció el moderno dictamen académico, alejado de la tradicional censura real y eclesiástica. De esta irrupción de la escritura en las universidades se ocupan Armando Pavón y Yolanda Blasco en este libro.
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