Antonia Mercedes García Cabrera, María Gracia García Soto
Este caso ilustra cómo una empresa que opera en un sector masculinizado, pone en valor las cualidades profesionales de la persona, frente a su género, en la elección del director general. También ilustra cómo la candidata elegida imprime un nuevo estilo de gestión, basado en los rasgos comunales que se atribuyen a las mujeres (ej. sociable, interdependiente) y al liderazgo femenino (ej. cooperativa). De esta forma, la comunicación, la transparencia y el sentido de equipo, se convierten en los pilares de la empresa, que le permiten abordar retos relevantes, entre ellos los derivados de la pandemia provocada por la COVID-19.
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