El presente trabajo tiene la intención de exponer las implicaciones que repercuten en los procesos de enseñanza-aprendizaje del menor en duelo, hogar y escuela son los espacios donde este manifiesta su dolor a través del cuerpo bajo conductas y comportamientos que no logra entender y que desde luego llaman la atención del adulto responsable. Usualmente los docentes confunden estas manifestaciones con problemas de conducta, adaptativos o de violencia y etiquetan a los estudiantes cuando pasan a formar parte de los números rojos de las estadísticas como estudiantes en rezago escolar o con dificultades para convivir y relacionarse.
Desde este supuesto el duelo representa para el menor una Barrera para el Aprendizaje y la Participación que le pone en desventaja respecto al resto de sus compañeros.
Se realiza un estudio con dolientes a través de la investigación acción para abordar el duelo infantil desde contextos escolares. En este se concluye que la escuela después del hogar es un espacio propicio para encontrar la resiliencia en favor del bienestar del menor con el apoyo de estrategias psicoeducativas que permiten el trabajo socioemocional que contribuya para ofrecer una educación de equidad, inclusión y excelencia.
The present work intends to expose the implications that affect the teaching-learning processes of the child in mourning, home and school are the spaces where he manifests his pain through the body under behaviors and behaviors that he cannot understand and that of course call the attention of the responsible adult. Teachers usually confuse these manifestations with behavioral, adaptive or violent problems and label students when they become part of the red numbers of statistics as students in school lag or with difficulties to live and relate.
From this assumption, grief represents for the child a Barrier to Learning and Participation that puts him at a disadvantage compared to the rest of his peers.
A study is carried out with mourners through action research to address child grief from school contexts. It concludes that school after home is a propitious space to find resilience in favor of the well-being of the child with the support of psychoeducational strategies that allow socio-emotional work that contributes to offer an education of equity, inclusion and excellence.
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