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Lengua e identidad: el español de Argentina

  • Autores: Reyes Castellano Salamanca
  • Localización: Iberoamérica Horizonte Tercer Milenio: Inmigrantes latinoamericanos en Europa / Tomás Calvo Buezas (dir.), 2001
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • El doctor Américo Castro, en un libro titulado La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico, desató una polémica al sostener que las peculiaridades del habla de la Región del Río de la Plata, se deben a una depravación de la lengua española acontecida por una serie de circunstancias históricas. Las "conocidas circunstancias que hicieron de los países platenses zonas hasta donde el latido del imperio hispano llegaba ya sin brío" habrían ido, según Castro, deformando la lengua española, y el resultado es un dialecto arcaico plagado de idiotismos. No es de extrañar que este menosprecio de una variedad dialética del español y su comparación con el caso español haya desatado muchas iras. Entre otros, un encolerizado Jorge Luis Borges, dedica un artículo, que titula Las alarmas del doctor Américo Castro, a la discusión del presente tema. Con respecto a la imputación de idiotismos aclara: "ataca los idiotismos americanos, porque los idiotismos españoles le gustan más. No quiere que digamos ‘de arriba’: quiere que digamos ‘de gorra’…". También reacciona ante el hecho de que una jerga carcelaria de lo arrabales de Buenos Aires (el lunfardo) sea tratada de dialecto y tomada como prueba de "los graves problemas que el habla presenta en Buenos Aires". Su visceral defensa del habla porteña, se convierte en este artículo en un "ojo por ojo, diente por diente" y llega a decir cosas tales como: "el común de la literatura española fue siempre fastidioso", "la riqueza del español es el otro nombre eufemístico de su muerte",o, finalmente,"el hecho es que el idioma español adolece de varias imperfecciones (monótono predominio de las vocales, excesivo relieve de las palabras, ineptitud para formar palabras compuestas) pero no de la imperfección que sus torpes vindicadores le atacan: la dificultad. El español es facilísimo. Sólo los españoles lo juzgan arduo: tal vez porque los turban las atracciones del catalán, del bable, del mallorquín, del galaico, del vascuence y del valenciano; tal vez por un error de la vanidad; tal vez por cierta rudeza verbal (confunden acusativo y dativo, dicen le mató por lo mató, suelen ser incapaces de pronunciar Atlántico o Madrid, piensan que un libro puede sobrellevar este cacofónico título: la peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico). Para terminar de exponer el debate sólo nos queda una cuestión, y es ¿cuál es la diferencia entre el español de Argentina y el de España?. La postura de Américo Castro ya la conocemos, pues pará la diferencia estriba en que una variedad es la deformación de la otra, además de que no posee escritura propia. Borges, sin embargo, dice: "¿Qué zanja insuperable hay entre el español de los españoles y el de nuestra conversación argentina?. Yo les respondo que ninguna, venturosamente para la entendibilidad general de nuestro decir. Un matiz de diferenciación sí lo hay: matiz que es lo bastante discreto para no entorpecer la circulación total del idioma y lo bastante nítido para que en él oigamos la patria. No pienso aquí en algunos miles de palabras privativas que intercalamos y que los peninsulares no entienden. Pienso en el ambiente distinto de nuestra voz, en la valoración irónica o cariñosa que damos a determinadas palabras, en su temperatura no igual. No hemos variado el sentido intrínseco de las palabras, pero sí su connotación. Esa divergencia, nula en la prosa argumentativa o en la didáctica, es grande en lo que mira a las emociones. Nuestra discusión será hispana, pero nuestro verbo, nuestro humorismo, ya son de aquí". Es indudable que la lengua es un factor determinante de identidad social. Argentina tiene una historia peculiar, pues no tuvo en sus orígenes una gran civilización indígena, ni tampoco soportó una configuración española como es el caso de México y de Perú. A lo largo del siglo XX se presenta con una herencia cultural más inmediata. Esta herencia viene de los grandes contingentes de emigración europea, fundamentalmente italiana, que conforman la argentina del siglo XX. ¿Por donde se puede iniciar, con una historia semejante, un discurso de orígenes, una apreciación de las tradiciones culturales, una fijación de la identidad?. Los desarrollos sobre la identidad, se abren mediante la confrontación de la propia lengua con el modelo normativo-académico de la española, y el resultado es una reafirmación de aquellas distancias, aquellas particularidades, que definen la propia. Así, en un ensayo de Pedro Enríquez Ureña encontramos las siguientes palabras: "No hemos renunciado a escribir en español, y nuestro problema de la expresión original y propia comienza ahí". Veamos cuáles son estas peculiaridades del habla argentina. En primer lugar, hay que decir que en Argentina no hay una sola variedad dialectal, sino que hay varios dialectos, regionales y sociales, aunque bien es verdad que todos ellos están esombrecidos por el habla porteña de Buenos Aires que es para el resto del mundo hispano-parlante, el prototipo de español argentino


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