Los Acuerdos de Paz en Colombia: reflexiones geográfico-políticas sobre las implicaciones de la desmilitarización de un territorio

• Autores: María Dolores Lois Barrio
• Localización: Iberoamérica Horizonte Tercer Milenio: Inmigrantes latinoamericanos en Europa / Tomás Calvo Buezas (dir.), 2001
• Idioma: español
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• Resumen

  • La llegada a la presidencia del Gobierno de Colombia del conservador Andrés Pastrana y su promesa de diálogo con la guerrilla en los primeros 90 días de su mandato pareció reanudar las expectativas de paz para el país. Aparte de un cambio en el partido gobernante, antes liberal y desentendido de una política de paz ante la inmensa corrupción que amenazaba su estabilidad, la aparición de Pastrana dialogando con el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda Tirofijo dio gran credibilidad a las intenciones del nuevo gobierno, y muchos votos. Pero poco más de un año después, el proceso de paz y las reuniones con los portavoces de las FARC están paralizados e incluso cabe la posibilidad de intervención de una fuerza multinacional en el país ante el agravamiento de la situación. El gobierno no sólo ha de enfrentarse a la congelación de las negociaciones, sino a una gran recesión económica y a un aumento generalizado de la violencia en todo el país, ya sea guerrillera o paramilitar. La intención de este trabajo sería la de poner de relieve la gran cantidad de factores que caracterizan la particularidad del conflicto armado colombiano, especialmente en el momento actual1. Y, sobre todo, pretendemos acercarnos a la realidad colombiana desde la aproximación a las particularidades del proceso de pacificación emprendido por Pastrana. Una de esas particularidades es la aparición de nuevos actores que dejan obsoleta la dicotomía Estado- Guerrilla como principales protagonistas de las acciones de paz o de guerra, como son los grupos paramilitares. Otra especificidad con respecto a anteriores intentos de solucionar el conflicto es la marginación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en las mesas de negociación. Pero, las más determinantes singularidades de la actual situación colombiana son las que se refieren a la parte geográfico-política del conflicto. Por un lado, el gobierno mantiene desmilitarizada un área que equivale al 40% del territorio nacional, ocupado por las FARC. Este despeje y su prolongación de manera indefinida como condición sin equanum impuesta por la guerrilla para avanzar en el proceso de paz, ha puesto de manifiesto los desacuerdos del Gobierno con el opositor Partido Liberal, con gran parte de la población y con las Fuerzas Armadas acerca de hasta dónde ceder a las pretensiones de las FARC, de cuáles son los objetivos de la reconciliación nacional, y a qué precio se puede llegar a ella. Y, lo que planteamos como tema de reflexión, revela un cambio en la estrategia guerrillera en los últimos años, que les ha llevado a focalizar su atención en espacios muy definidos, fruto todo ello de la evolución del propio sistema interestatal. Parece que las FARC han adaptado su lucha a la coyuntura política, social y económica. Por otra parte, la política de EEUU con respecto a Colombia también muestra diferencias para con la practicada durante la administración de Ernesto Samper. Los EEUU han pasado de considerar a Colombia como mero hogar de narcotraficantes a calificicarlo de amenaza para la seguridad regional, ante las incursiones guerrilleras más allá de las fronteras colombianas y la posición de entrada a América del Sur que podría verse envuelta en una guerra civil. Y, como tal amenaza, han forzado un posicionamiento de los más importantes presidentes de la región en torno al conflicto. Partiendo de estos dos puntos de apoyo, trataremos de avanzar en la reflexión de la importancia del territorio en el planeamiento de una estrategia política, y en como las fronteras son símbolos que se emplean para marcar realmente el asentamiento y el poder de hecho sobre un espacio, ya sea estatal o guerrillero