Democracia, paz, derechos humanos y violencia en Colombia

• Autores: Alvaro Zuleta Cortés
• Localización: Iberoamérica Horizonte Tercer Milenio: Inmigrantes latinoamericanos en Europa / Tomás Calvo Buezas (dir.), 2001
• Idioma: español
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• Resumen

  • Acercarse a la problemática colombiana contemporánea es encontrarse de frente a uno de los países mas contradictorios de la tierra en la medida que los últimos años de nuestra historia han estado marcadas por el encuentro entre lo mas profundo de la violencia humana y la lucha heroica por sobrevivir como pueblo y como individuos. Para nosotros, una nación joven, surgida el siglo pasado en las guerras de independencia, la idea de construirnos como nación no ha sido solo un concepto sino una necesidad que a lo largo de estos años ha marcado nuestra necesidad de ser y de sentir. Lo mismo ha pasado con nuestra democracia : las luchas continuadas a lo largo de los dos siglos nos han llevado de las contradicciones a los procesos de paz, en un camino largo y tortuoso que a las puertas del siglo XXI nos pide ante el mundo el reto de ser una verdadera democracia. Es estas reflexiones las que nos llevan a colocar en un mismo plano estos problemas de democracia, paz y violencia. La democracia debe ser entendida fundamentalmente como una construcción, una construcción que a veces es lenta y complicada pero que constituye nuestra razón de ser política. La Nueva Constitución de l991 abrió las puertas para la construcción de una verdadera democracia pluralista y tolerante, en la consideración de una nación pluri-etnica y moderna. Pero insistimos en esta idea de la democracia como construcción. Nunca puede entenderse este concepto moderno como algo terminal o conclusivo. Las formas de organización políticas a nivel contemporáneo deben encontrar nuevos niveles de reacomodamiento en el amplio espacio creado por el Nuevo Orden Internacional, Orden que debe ser cuestionado también en los cánones de la tolerancia humana y el respeto a los Derechos Humanos y a la vida humana en general. Y así nos introducimos en uno de los problemas mas delicados para nosotros: la violación de los Derechos Humanos y los continuos reclamos de Amnistía Internacional al Gobierno Colombiano por la violación de los mismos. Tal parece que la problemática colombiana al respecto no tocara fondo y nos tuviésemos que preguntar aquí por las profundas causas de la violencia colombiana, las continuas guerras, una cultura de la muerte que convive curiosamente con la vida en la lucha continua por la supervivencia en una lucha que en el año de l993 alcanzó la cifra de 68 homicidios diarios en un país dedicado al Sagrado Corazón de Jesús . Frente a la violencia se hace necesario la construcción de Proyectos Educativos y de Fundamentación Etica que cobije grandes grupos de población en el ánimo de dotar al país de una verdadera cultura de la vida que permita su defensa en todos los ámbitos y por todos los medios necesarios, partiendo siempre del postulado que sobre las ideas o las concepciones políticas se puede debatir, pero no podemos asesinar a otro ser humano por el hecho de que piense distinto a nosotros. En una guerra como la que libramos se cometen violaciones en uno y otro bando. Lo importante ahora es luchar con todos los medios posibles para eliminar la guerra de nuestras condiciones de vida , de nuestra forma de vida, de nuestra concepción de vida. Mas que eliminar la guerra diríamos eliminar la violencia como constante de nuestra historia. Solo así entendemos la paz en el contexto de la construcción de la misma. La paz como proyecto futuro en el horizonte de la gobernabilidad y de la legalidad. Armonización de relaciones. Lo que Colombia necesita ahora afianzar es su futuro, cosa que no se logrará sino a través de una real transformación de nuestras condiciones de vida. La extensión de la democracia como democracia participativa alcanzará el efecto de generar un país distinto, pero ello requiere una voluntad política de participación y de transformación radical de nuestra clase política en el contexto de la modernización y los nuevos roles internacionales latinoamericanos. Y así podemos referirnos al último aspecto que queríamos plantear: La imagen internacional de Colombia .¿Como debemos aparecer ante el mundo? Podemos continuar siendo a nivel internacional solo el rostro tétrico del narcotráfico y la violencia o por el contrario debemos aplicar aquello de que la "ropa sucia se lava en casa" y solucionar nuestros problemas Colombianos, por Colombianos y para Colombianos. No me refiero desde luego a un nacionalismo excluyente, actuando de espaldas a la realidad del mundo contemporáneo. Me refiero a la posibilidad que tienen y han tenido siempre los pueblos de solucionar los problemas al interior de su propia dinámica y en el conocimiento de su propia idiosincrasia. Uno de los derechos básicos de los naciones es el derecho a su autodeterminación. Una democracia como la nuestra debe encontrar el camino a la solución de sus propias contradicciones en el amplio espacio del dialogo internacional y la tolerancia. La estigmatización es uno de los caminos mas fáciles que han seguido las redes internacionales de comunicación y nosotros no hemos sido ajenos a este manejo internacional de la noticia y a la venta de la muerte que genera ganancias en la asfixiante cotidianidad actual. Pero el mensaje que queremos dejar claro es que continuaremos adelante, que somos un país nuevo y por ende dinámico y que con menos de dos siglos de vida independiente, ni Europa y por ende tampoco España nos puede pedir que tengamos solucionados nuestros problemas, los problemas que aquí se tardaron siglos en resolver. Recordando a Tagore diré que Europa le ha hecho exigencias al mundo sobre asuntos que ella misma no ha resuelto. Continuaremos adelante y aunque el camino sea tortuoso estamos seguros de que tarde o temprano resolveremos estas graves contradicciones que nos aquejan y apareceremos ante el mundo con el rostro amable y sincero que se nos parece negar en este momento histórico