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La imagen del Perú en la prensa española: el caso de El País y su visión de la presidencia de Alán García

  • Autores: Carlos Sixirei Paredes
  • Localización: Iberoamérica Horizonte Tercer Milenio: Inmigrantes latinoamericanos en Europa / Tomás Calvo Buezas (dir.), 2001
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • La restauración de la democracia en Perú no ayudó, en ciertos medios de la prensa de España, a dar una imagen más positiva de la nación andina. El Gobierno Belaúnde fue presentado desde el primer momento como un "gobierno oligárquico" y una vez que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) accedió al poder, las acusaciones de atentados a los derechos humanos se multiplicaron tanto en la prensa de centro y centro-izquierda (EL PAIS,DIARIO 16,LIBERACION sobre todo) como en los programas informativos de la propia TVE. Acontecimientos como el asesinato de ocho periodistas peruanos en Uchuruccay a comienzos de 1983,del que inicialmente se acusó a campesinos; el motín de la prisión de El Sexto, la matanza de Lurigancho y las propias declaraciones de Belaúnde reclamando la pena de muerte para los delitos de terrorismo, contribuyeron a dar una imagen del Perú que no favorecía en absoluto la comprensión de los acontecimientos. "Sendero Luminoso" era considerado un movimiento de místicos iluminados cuya mayor potencia de fuego estribaba en cartuchos de dinamita arrojados con honda pero que en ningún caso tenía capacidad desestabilizadora aunque la etapa Belaúnde fue pródiga en atentados y muertos. La opinión pública española creía mayoritariamente que los peligros para la democracia peruana venían más del lado de las FFAA que del de los grupos guerrilleros a pesar de que diversas ofensivas habían demostrado que los senderistas no eran solo un grupo de visionarios de incierta ideología en la que se mezclaba el maoismo y los mitos incaicos (por recordar un dato que da idea de la importancia del conflicto, solo en la semana del 15 al 21 de mayo de 1983 hubo en el Departamento de Ayacucho 213 muertos como consecuencia de la violencia política, de ellos 163 eran guerrilleros). Hay, sin embargo, un momento en que las opiniones de la prensa española comienzan a cambiar con respecto a "Sendero Luminoso". Si hasta las elecciones municipales de Noviembre de 1983 los medios de comunicación peninsulares dedicaban más tiempo a denunciar la situación de los detenidos senderistas y el estado de las cárceles peruanas que a la crisis de la democracia peruana sitiada por los grupos violentos, la elección de Alfonso Barrantes como alcalde de Lima ayudó a levantar nuevas perspectivas. Barrantes, líder de la coalición Izquierda Unida, gozaba de prestigio e influencia en los medios españoles además de tener buenas relaciones personales con dirigentes del PCE y sobre todo del PSOE. Sus declaraciones a la prensa española en el sentido de que "Sendero Luminoso no expresa la voluntad del pueblo" y "El terrorismo es incompatible con la revolución" (EL PAIS,23-XII-1983) sirvieron para dos cosas: Comenzó a darse a "Sendero Luminoso" la importancia que tenía y a considerarlo un peligroso elemento desestabilizador. De grupo de iluminados los senderistas pasaron a ser vistos como el principal núcleo guerrillero de Sudamérica y las acusaciones del Gobierno peruano de que los seguidores de Abimael Guzmán recibían entrenamiento y apoyo de países comunistas tuvieron más presencia en los titulares de prensa. Aún así, "Sendero" continuó recibiendo apoyos de los grupos españoles de la izquierda radical convencidos de que el grupo serrano representaba la reencarnación de las míticas guerrillas del Ché, de los Tupamaros o de los Montoneros convenientemente ederezada, además, por las auras ennoblecedoras de una revuelta indigenista y campesina contra la opresión de la oligarquía blanca y limeña descendiente directa de los conquistadores. En otras palabras: "Sendero" venia a representar el esperado ajuste de cuentas con los dueños del poder pendiente desde el fracaso de Túpac Amaru. Y tal apreciación, que duda cabe, conmovía las fibras más sensibles de la izquierda española "extra muros" y su permanente mala conciencia con respecto a América. Para añadir más confusión, el nombre oficial de "Sendero" era Partido Comunista del Perú declarándose continuador del pensamiento de Mariátegui lo que, obviamente fortalecía todo tipo de malentendidos a veces muy interesados y casi siempre basados en considerables dosis de ignorancia.


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