La tecnología ha impactado la vida de las personas, de eso no hay duda. Es un asunto de responsabilidad social hacer que ese impacto sea positivo. Uno de los mejores usos que puede darse a la tecnología para lograr dicho impacto son sus aplicaciones educativas y por ello es necesario buscar siempre nuevas formas de expandir este uso. En ese sentido, la tecnología ofrece muchas opciones para el desarrollo del trabajo colaborativo, especialmente para incrementar resultados y minimizar complicaciones
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