Debido a la gran diferencia entre la lengua china y la española, los nombres personales españoles tienen que ser «traducidos» al chino mediante, en la mayoría de los casos, la transcripción fonética, para poder ser reconocidos entre los receptores chinos. Una vez traspasados a esta lengua asiática, los nombres personales españoles adquieren también apariencia local, escritosen caracteres chinos. A pesar de ello, los nativos pueden reconocerlos y distinguirlos de los nombres originales chinos a primera vista. Analizando este fenómeno, se puede encontrar los elementos culturales reflejados durante este proceso de traducción, como por ejemplo, distintas prácticas onomásticas, diferentes criterios de selección de palabras, etc.
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