Es una práctica común que la puesta en marcha de instalaciones de energías renovables se realice a mano o mediante autosintonía sin realizar un análisis crítico del sistema de control. En esta forma de proceder existen debilidades: la regulación no se hace basada en un modelo, no se hace un análisis de la planta en funcionamiento y por lo tanto, no se detectan elementos de mejora en eficiencia que, sin inversión adicional apenas, podrían realizarse mediante un pequeño reajuste de la planta. En este artículo se pone de manifiesto las mejoras que se obtienen al ajustar adecuadamente los controladores en una planta termosolar. Para ello se propone el uso de una familia de modelos que pueden ser aplicados a diversas tipologías de planta de energía renovable. El caso práctico abordado en este artículo consiste en un sistema solar para la producción de agua sanitaria. Del análisis detallado del comportamiento de la planta se ha generado un modelo el cual ha servido para detectar nichos de ineficiencia en el funcionamiento.
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