Ana Isabel Briones Pérez, Joaquín Goyache Goñi
La salmonelosis, denominación genérica con la que se conocen los procesos provocados por microorganismos del género Salmonella, está considerada como una de las zoonosis bacterianas más importantes. Este hecho radica fundamentalmente en sus elevadas repercusiones tanto sanitarias (múltiples formas clínicas, Salud Pública¿), como económicas (gastos de prevención, laboratorios de diagnóstico, decomisos¿). Este género bacteriano engloba bacilos gramnegativos, anaerobios facultativos y móviles mediante flagelos. Son bacterias muy ubícuas, aunque su hábitat natural es el tracto intestinal de los vertebrados. Se consideran patógenas para el hombre y multitud de especies animales, entre las que se incluyen tanto domésticas como de abasto (incluido el ganado porcino). Son bacterias con escasas necesidades nutricionales y una gran resistencia medioambiental. Como el resto de enterobacterias, se caracterizan por poseer tres tipos de antígenos externos, útiles tanto para su diagnóstico como para su tipificación. La nomenclatura en este género ha sido tema de gran controversia a lo largo de los años, y en la actualidad se considera compuesto por dos especies, Salmonella enterica, que incluye seis subespecies, y Salmonella bongori. Entre las dos engloban más de 2.500 serovariedades, subdivididas a su vez en fagotipos y/o biotipos. Aunque todas las serovariedades se consideran patógenas, la presencia en el genoma tanto de plásmidos de virulencia como de islas de patogenicidad caracterizan a las cepas más virulentas.
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