Alberto Lafarga Arnal, Jesús Goñi, Juan Antonio Lezáun San Martín, Arturo Segura Maisterra, Javier Delgado Pérez
Introducir las leguminosas en las rotaciones de cultivo de los sistemas cerealistas de secano tiene muchas ventajas: la diversificación de las épocas de trabajo, la diversificación de riesgos económicos, la mayor posibilidad de lucha contra las malas hierbas, plagas y enfermedades, los incrementos de productividad de los cereales siguientes, etc. Todas estas ventajes convierten a las especies leguminosas: guisantes, habas, vezas, garbanzos¿, en una opción muy interesante para los agricultores, especialmente al contemplar la explotación agraria en su conjunto y a medio o largo plazo.
Sin embargo, constatamos que no hay un aumento significativo de la superficie de leguminosas en Navarra y tenemos que preguntarnos cuáles son las causas. Hay que entrar entonces a valorar los inconvenientes o las barreras que frenan el desarrollo de estas especies: la fluctuación de la productividad, la insuficiente organización de la oferta y el precio de mercado, a menudo desventajoso.
El ITG Agrícola, en su labor de apoyo técnico a los agricultores de Navarra, trabaja en varias líneas para desarrollar estos cultivos.
La experimentación que el ITGA viene realizando en las últimas campañas está abriendo nuevas perspectivas a la ampliación del papel de las leguminosas en los sistemas de producción actuales, sobre todo con el desarrollo de nuevas variedades más resistentes al frío y/o más adaptadas a la siembra otoñal.
En la campaña 2003, a través de un proyecto europeo denominado GL-Pro, se han podido ampliar estos trabajos, lo cual es una buena noticia dada la importancia que tienen las leguminosas tanto desde un punto de vista económico como agronómico y medioambiental.
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