Introducir las leguminosas en las rotaciones de cultivo de los sistemas cerealistas de secano tiene muchas ventajas: la diversificación de las épocas de trabajo, la diversificación de riesgos económicos, la mayor posibilidad de lucha contra las malas hierbas, plagas y enfermedades, los incrementos de productividad de los cereales siguientes, etc. Todas estas ventajes convierten a las especies leguminosas: guisantes, habas, vezas, garbanzos¿, en una opción muy interesante para los agricultores, especialmente al contemplar la explotación agraria en su conjunto y a medio o largo plazo.
Sin embargo, constatamos que no hay un aumento significativo de la superficie de leguminosas en Navarra y tenemos que preguntarnos cuáles son las causas. Hay que entrar entonces a valorar los inconvenientes o las barreras que frenan el desarrollo de estas especies: la fluctuación de la productividad, la insuficiente organización de la oferta y el precio de mercado, a menudo desventajoso.
El ITG Agrícola, en su labor de apoyo técnico a los agricultores de Navarra, trabaja en varias líneas para desarrollar estos cultivos.
La experimentación que el ITGA viene realizando en las últimas campañas está abriendo nuevas perspectivas a la ampliación del papel de las leguminosas en los sistemas de producción actuales, sobre todo con el desarrollo de nuevas variedades más resistentes al frío y/o más adaptadas a la siembra otoñal.
En la campaña 2003, a través de un proyecto europeo denominado GL-Pro, se han podido ampliar estos trabajos, lo cual es una buena noticia dada la importancia que tienen las leguminosas tanto desde un punto de vista económico como agronómico y medioambiental.
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