Entre otras prácticas, eran condenables la adivinación, la idolatría, la brujería y hasta el uso de algunas plantas con fines curativos provenientes de tradiciones indígenas y africanas. Enmarcadas en estos saberes ancestrales, las plantas no solo tenían usos medicinales, sino también, desde una perspectiva occidental, propiedades esotéricas. Es en este contexto que la magia amorosa experimentó una importante persecución, pero también un notable auge.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados