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Resumen de Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre las evidencias disponibles en relación a la potencial actividad obesogénica de determinados compuestos químicos que pueden estar presentes en los alimentos

Ana María Rivas Velasco, Irene Bretón Lesmes, Araceli Díaz Perales, Angel Gil Izquierdo, M. José González Muñoz, Victoria Moreno, María Puy Portillo Baquedano, Silvia Pichardo Sánchez

  • español

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. En España, la prevalencia de la obesidad es alta, especialmente en la infancia, y su tendencia ha sido ascendente durante las dos últimas décadas. Mientras la mejora de los hábitos alimentarios y el aumento de la actividad física ha sido el foco principal en la reducción de la obesidad, el rápido incremento de ésta, en países con diferentes hábitos dietéticos y patrones de actividad física, sugiere la posible existencia de factores medioambientales, como la exposición a sustancias químicas con actividad obesogénica. Los obesógenos han sido definidos funcionalmente como compuestos químicos que promueven la obesidad incrementando el número de células adiposas y/o la acumulación de grasa en los adipocitos ya existentes. Entre los obesógenos más estudiados se encuentran sustancias utilizadas en la industria del plástico como los bisfenoles y los ftalatos, compuestos organoestánnicos, retardantes de llama, compuestos perfluorados, bifenilos policlorados y dioxinas, plaguicidas y metales, entre otros. Debido a que el término obesógenos incluye a un amplio número de compuestos, la exposición a ellos puede ocurrir por diferentes vías como la inhalatoria, dérmica o alimentaria, siendo esta última la principal vía de exposición.

    Los mecanismos de acción de los obesógenos son diversos, pudiendo actuar activando o antagonizando la acción de receptores hormonales nucleares que directamente regulan la expresión de genes involucrados en la diferenciación de adipocitos, peso corporal y metabolismo, como los receptores de estrógenos, andrógenos y hormonas tiroideas, y el receptor activado por el proliferador de peroxisomas-γ, entre otros. Asimismo, pueden actuar en la regulación de diferentes vías metabólicas inmuno-neuro-endocrinas, lo que puede llevar a consecuencias fisiopatológicas en la adipogénesis, lipogénesis, lipólisis, inmunidad, en la influencia en las regulaciones centrales del apetito y del gasto energético, y a cambios en la microbiota intestinal, entre otros procesos. Es importante resaltar que los periodos más críticos de exposición a obesógenos son la preconcepción, embarazo e infancia dada su importancia para el metabolismo, pudiendo resultar en cambios permanentes en la adolescencia y en la edad adulta.

    En este contexto, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha realizado una revisión de la evidencia que existe acerca de la exposición alimentaria a obesógenos y su posible efecto en la salud. La literatura científica evidencia en estudios in vivo e in vitro el efecto obesogénico de algunos compuestos químicos presentes en los alimentos, reforzando esta hipótesis los estudios epidemiológicos. El Comité Científico recomienda realizar un mayor número de estudios que evalúen el efecto de la exposición a estos compuestos estandarizando biomarcadores de exposición y efecto con objeto de predecir y evaluar su capacidad obesogénica, y la posible transmisión del efecto a otras generaciones mediante mecanismos epigenéticos. Una vez que se cuente con todas las evidencias necesarias debe existir una coordinación y comunicación entre los científicos, los clínicos y los organismos reguladores nacionales e internacionales con objeto de desarrollar una estrategia global y eficiente en la aplicación de medidas de gestión del riesgo para reducir lo máximo posible la exposición a estas sustancias.

  • English

    According to the World Health Organization (WHO), obesity and overweight have reached epidemic proportions globally. In Spain, the prevalence of obesity is high, especially in childhood, with an upward trend in the last two decades. While improving dietary habits and increasing physical activity has been the main focus on reducing obesity, its rapid increase in countries with different dietary habits and physical activity patterns suggests the possible existence of environmental factors, such as exposure to chemicals with obesogenic activity. Obesogens have been defined functionally as chemical compounds that promote obesity by increasing the number of adipose cells and/or the accumulation of fat in existing adipocytes. Among the most studied obesogens are substances used in the plastic industry such as bisphenols and phthalates, organotin compounds, flame retardants, perfluorinated compounds, polychlorinated biphenyls and dioxins, pesticides and metals, among others. Because the term obesogens includes a large number of compounds, exposure to them can occur by different routes such as inhalation, dermal exposure or ingestion, the latter being the main route of exposure.

    The mechanisms of action of obesogens are diverse, and they can act by activating or antagonizing the action of nuclear hormone receptors that directly regulate the expression of genes involved in the differentiation of adipocytes, body weight and metabolism, such as oestrogen, androgen and thyroid hormone receptors, and the peroxisome proliferator activated receptor-γ, among others. They can also act in the regulation of different immune-neuroendocrine metabolic pathways, which can lead to pathophysiological consequences in adipogenesis, lipogenesis, lipolysis, immunity, in the influence on the central regulations of appetite and energy expenditure, and changes in the intestinal microbiota, among other processes. It is important to highlight that the most critical periods of exposure to obesogens are preconception, pregnancy and childhood given their importance for metabolism, and may result in permanent changes in adolescence and in adulthood.

    In this context, the Scientific Committee of the Spanish Agency of Food Safety and Nutrition (AESAN) has carried out a review of the evidence that exists on food exposure to obesogens and its possible effect on health. Scientific literature shows in in vivo and in vitro studies the obesogenic effect of some chemical compounds present in food, and epidemiological studies reinforce this hypothesis. The Scientific Committee recommends that a greater number of studies be carried out to assess the effect of exposure to these compounds, standardizing biomarkers of exposure and effect in order to predict and evaluate their obesogenic capacity and the possible transmission of the effect to other generations through epigenetic mechanisms. Once all the necessary evidence is available, there must be coordination and communication between scientists, clinicians and national and international regulatory bodies, in order to develop a global and efficient strategy in the revista del comité científico nº 37 14 implementation of risk management measures to reduce exposure to these substances as much as possible


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