Durante la Edad Moderna, en el arte andaluz se detecta una situación especial en torno a la ciudad de Antequera. Su enclave geográfico, en el centro de la región y en la encrucijada de dos importantes carreteras de comunicación norte/sur y este/oeste, permitió que sus artistas recibieran encargos de pueblos de distintas provincias, expandiéndose sus obras de arte por el territorio andaluz. Además, por una parte, algunos de sus artistas se establecieron en Sevilla, en donde mantuvieron una estrecha amistad que influyó en las relaciones laborales; y, por otra parte, artistas procedentes de Sevilla se afincaron en Antequera.
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