El trabajo social se desarrolla básicamente en instituciones que no son neutras, puesto que la combinación de ideología, política y ciencia entre otros elementos determina el modelo a seguir por ellas, y el encargo y relación que establece con sus profesionales y la ciudadanía.Las organizaciones que se dedican a la intervención social tienen unas necesidades específicas con respecto a los equipos de profesionales y éstos a su vez tienen necesidades propias.A menudo algunas de las organizaciones y profesionales que cuidan de personas vulnerables son muy vulnerables y por ello requieren más cuidados que otras. Una de las estrategias que tienen estas para promover el cuidado de sus profesionales es la creación de espacios de supervisión.La supervisión se compromete con el cuidado de los equipos, crea espacios de reflexión que van más allá de la formación, vela por la calidad del trabajo realizado y mantiene una actitud crítica con respecto a la tarea y a la institución. Pone de manifiesto las deficiencias propias de la organización y el grado de influencia de sus profesionales en las decisiones.No hay vida, ni equipo, ni organización sin conflicto. En el triángulo formado por la persona que supervisa, las supervisadas y la institución, tampoco.
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