El modelo filosófico de constelación ha sido aplicado a la forma musical contemporánea, pero revela demasiadas limitaciones al confrontarlo al modelo de música informal del último Adorno. Una vez superado el componente de heteronomía, de la estructuras jerarquizadas y centradas de la música tradicional, este vuelve a aflorar en el tipo contrario, las estructuras descentradas, no-jerarquizadas o libres, entre los opuestos del serialismo y la música aleatoria. Por tanto, el modelo de música informal, como ‘imagen de la libertad’, persigue la realización de un nominalismo estético-musical que se sustraiga a toda forma de heteronomía, antigua o moderna. Para ello tiene que conseguir la ‘totalidad efectivamente construida’ de la obra, integrando en ella el opuesto de la subjetividad libre.
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