Este artículo aborda la compleja y delicada labor de los medios de comunicación de informar acerca de sucesos dolorosos. Dada la naturaleza del dolor es muy fácil para el informador cruzar la delgada línea ética que separa una prudente y justa cobertura, de una imprudente e injusta. El autor expone los fundamentos (antropológicos y) éticos que deben servir como telón de fondo al momento de comunicar un hecho doloroso. Para ello es imprescindible el ejercicio de las virtudes morales, principalmente las cardinales.
This article discusses the complex and delicate task of covering events by the mass media. Given the nature of human pain, it is very easy for the journalist to cross the thin line that separates prudent and fair coverage from one performed unjustly and imprudently. The author presents the anthropological and ethical principles that must serve as background when reporting a painful event. This requires the practice of moral virtues, especially of those pertaining to the cardinal order.
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