Se analiza el problema de la evaluación en el proceso de enseñanza-aprendizaje y se aportan algunas posibilidades para que el niños fracasado supere sus dificultades. La evaluación ha de constituir un elemento más del proceso de enseñanza-aprendizaje. Se analiza qué, cuándo y cómo evaluar y para qué evaluar, se distingue entre evaluación sumativa y formativa. La sumativa evalúa el aprendizaje al término del proceso de enseñanza-aprendizaje, y la formativa se realiza durante el desarrollo del proceso educativo. Por último, se señala la falta de argumentos para atribuir el fracaso escolar a las prácticas evaluativas.
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