Desde que Gerardo Echeita allá por el 2004 expusiese la realidad de la escuela, parece que tras intentos arduos por parte de los familiares, compañeros y diversos profesionales, de que Jorge fuese al mismo colegio que su hermano, se ha conseguido. Pero aún queda un pequeño paso, más ya que Jorge quiere realizar las mismas actividades que su amiga María. María va por la tarde a una asociación donde todos se parecen entre sí a simple vista, pero Jorge no. Algunas asociaciones, sin quererlo, son muy desintegradoras ya que realizan una selección clasificatoria de las personas que desean pertenecer a ellas según sus rasgos, ya sean físicos o cognitivos. Si todos y todas abogamos por una igualdad entre las personas, creo que debemos plantearnos este principio en todos los ámbitos y hacer realidad la inclusión global.
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