Madrid, España
La construcción de una ciudadanía que sea capaz de superar los problemas que se encuentra la democracia -acaso la violencia y el miedo al otro-, pasan por el ejercicio de pensar al hombre desde categorías que habían pasado desapercibidas. Una de esas categorías novedosas puede ser la conciencia, cuya dinámica se puede reducir a que orienta la conducta en única dirección, que es amar al otro. Siendo la conciencia, así, parte constitutiva de la persona, se puede colegir que ser hombre es ser amor y que el ejercicio de su libertad es amar a los otros acogiéndolos. Esto pasa por pensar una educación de la conciencia.
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