Cuando-como responsables de marcas, empresas o agencias- nos asalte la tentación de pensar que hemos llagado a algún lado, debemos aguzar el oído, porque entonces escucharemos en nuestra nuca el susurro incómodo y urgente de la Reina Roja: "¡Corre, Alicia! ¡¡Corre por tu vida!!".
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