A principios de año se identificó un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, que se propagó con rapidez globalmente. Se ha ido conociendo la clínica que produce y su cuadro clínico típico es el respiratorio. Si bien la sintomatología gastrointestinal se ha descrito en varias comunicaciones, la información sobre los hallazgos endoscópicos en estos pacientes es prácticamente nula. Presentamos dos casos de hemorragia digestiva alta en pacientes con COVID-19. En ambos se identificaron úlceras gástricas en una localización inusual, el fundus. Tras descartarse malignidad, nuestra sospecha es de etiología isquémica que concuerda con la vascularización gástrica terminal a nivel del fundus y el aumento de fenómenos trombóticos en pacientes con COVID-19.
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