Este artículo tiene como objetivo estudiar, a través del análisis del film Plan Rosebud 2: convocando a los fantasmas, de la documentalista gallega María Ruido, cómo el cine documental dibuja, a partir de su función militante, el territorio memorístico de una reflexión colectiva y critica sobre la historia de España durante la transición. La originalidad de la propuesta de la directora gallega radica en su metodología que consiste en entrecruzar discursos e imágenes, presentes y pasadas, en un montaje tenso que arroja luz sobre las zonas oscuras de la economía durante el franquismo al tiempo que les otorga a las mujeres un protagonismo no victimista. Su reflexión engloba culturas ajenas, aquí la británica, por su capacidad subversiva, siendo el cine el dispositivo más plástico para cuestionar visual y sonoramente el pasado de España.
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